El entrevistado indicó que mientras los palaperos afiliados a la CANACO y CANIRAC, están cotizando las palapas entre cien y 120 pesos, aquellos que no están agremiados a ninguna organización se dan el lujo de exigir excesivas cuotas, sin que autoridad alguna les ponga un freno.
Este abuso cometido por parte de los franeleros puede ser denunciado ante el módulo de la PROFECO establecido en la playa, ya que el objetivo del mismo es regular este tipo de precios.
Precisó que cada restaurantero cuenta con una lona en la que se maneja el nombre del restaurante a fin de que identifiquen quien es el responsable de cualquier tipo de anomalía como el que no valla acorde a los precios, la higiene y trato hacia los visitantes.
Por otra parte, agregó que las malas condiciones del clima propiciaron que las ventas bajaran hasta en un 50 por ciento en la zona restaurantera, no obstante, confían que con la afluencia de visitantes en los días más fuertes de este periodo vacacional, se consiga una alta derrama económica.