Mientras que transportistas aplauden este incremento, ya que desde hace tres años no les era autorizado elevar la tarifa de pasaje, los usuarios del servicio urbano ven en ello un golpe más a su economía, ya que para quienes trabajan y realizan dos vueltas de su casa a su centro de trabajo, este incremento representa un desembolse de 24 pesos más, recurso que si bien no aparenta ser mucho, si disminuye lo que tienen presupuesto para los gastos de la despensa familiar.
Amas de casa, profesionistas y población en general, lamentaron que los incrementos no sean a la par, pues mientras sube el pasaje y los productos de la canasta básica, los salarios permanecen fijos sin posibilidades de incrementar para poder compensar los gastos extra.
No obstante, conductores de unidades y algunos pasajeros reconocen que ya era necesario un aumento, puesto que en estos tres años, tanto la gasolina como el diésel han sufrido aumentos considerables, aunado el incremento que han tenido las refacciones o diferentes piezas de las unidades, las cuales son requeridas en las labores de mantenimiento o reparación de la unidad.
Este aumento a la tarifa oficial comprende únicamente al transporte público en su modalidad de servicio urbano, más no aplica a taxistas, lo que generó también la molestia de este gremio ya que aseguran que durante los últimos 14 años, no les han concedido ni siquiera la revisión de las tarifas mientras que a los transportistas se les ha autorizado incremento al pasaje, hasta por cuatro ocasiones en este mismo periodo de años, por lo que no descartan manifestar públicamente sus inconformidades.