19 de Septiembre de 2024

Campesinos venden sus tierras por desesperación y necesidad

 

Muchos de estos ciudadanos son de escasos recursos, pero con el paso de los años han heredado las tierras, que sus abuelos y padres trabajaron para poder sacarlos adelante, sin embargo hoy en día muchos de ellos optan por malbaratarlas ante el ofrecimiento de otras personas, con más dinero, quienes llegan a las comunidades buscando comprar grandes hectáreas.

El señor Ignacio Cruz Francisco, vecino de la comunidad de Chalahuite, mencionó que muchos de sus compañeros ejidatarios no tienen dinero para trabajar, en su caso si ha sacado lo poco que tiene ha sido fruto de una labor en familia, a fin de no perder lo que tienen por herencia.

Pero indicó que muchos de ellos tienen una pequeña milpa, pues no tiene recursos económicos suficientes para trabajar y sacar grandes cantidades, y cuando llegan personas con dinero y les dicen que como ellos no trabajan esta parcela es mejor venderla, casos en los que muchos caen al estar desesperados por sacar un poco más para poder llevar a sus dos o cuatro hijos a la escuela.

Explicó que con el dinero que les dan, algunos arreglan su casa y otros lo invierten en llevar a sus niños a la escuela, pero con el paso del tiempo este recurso se acaba y los apoyos son muy pocos hacia el campo, dejando a una buena parte de los ejidatarios sin sus tierras.

Agregó que para poder mover una hectárea va de 10 a 20 mil pesos, ya sea para agricultura o ganadería, pero el precio es muy alto para ponerlas a producir, desde limpiar las parcelas, hacer el barbecho y tratar de conservarla, esta fuera del alcance de los campesinos, por lo que señaló que una buena parte de los campesinos en diversas comunidades no tienen apoyos suficientes y reales para poner en marcha sus tierras,  trabajarlas y hacerlas producir, es decir, los programas estatales y federales nunca les han llegado.

 

La situación del campo no es buena, pues hasta el momento una buena cantidad de campesinos que no han recibido nunca beneficios de algún programa de la SAGARPA o de otra dependencia a causa de faltarles algún requisito u otra cosa, mientras que otros se logran inscribir y esperan a que les lleguen los apoyos, que en muchos de los casos son entregados fuera de las temporadas en que se necesitan.