La conscripta Luz Elena Loredo Zapata de este lugar afirmó, que su ideal es trabajar en las Fuerzas Armadas, por ello decidió acercarse a temprana edad, saber de qué se trata la disciplina y confirmar su deseo de pertenecer a este regimiento.
“Los hombres hacen lo mismo que las mujeres, nos enseñan las leyes y el reglamento de la Marina consta de tres cosas: el armamento, la disciplina y el ejercicio” indicó basándose en su experiencia y atendiendo al Artículo 4° que se refiere a la igualdad de Derechos y Obligaciones entre varones y mujeres, indicó que para ella fue una experiencia enriquecedora vivir el adiestramiento militar.
Y es que, desde el año 2000 una persona del sexo femenino puede, si así lo desea y cubre los requisitos básicos, asumir el compromiso de asistir cada sábado a las ocho horas durante un año a presentar el Servicio Militar Nacional.
Ahí bajo los extenuantes rayos del sol, o con el frío, según toque, todos deben asistir para cumplir con la responsabilidad asumida. Otro caso es el del tuxpeño Jorge Molina Cruz, que también compartió la disciplina en el Batallón Militar y “Es una parte de tu vida que es difícil al principio, porque uno no está acostumbrado principalmente a estar en la posición de firmes, que resulta una de las actividades de las más duras como parte de la disciplina militar, pero es divertido y emocionante” afirmó el joven.
Es así que ha ido en aumento la cantidad de gente que acude a las filas de este Servicio año con año, donde adquieren conocimientos de primeros auxilios, desarme, servicio social y de acuerdo con datos de las Secretarías de la Defensa Nacional (SEDENA), la sociedad respondió positivamente a la Reforma que permitió asistir a las mujeres convocando a 18 mil 88 chicas, mientras que para los años siguientes bajó la cantidad disminuyendo en el 2006 hasta 6 mil 647 y para el año pasado sólo se registraron mil 800.
