Al no poderse dar el lujo de descansar, gran cantidad de señoras optan por pasar este día como cualquier otro, tal cual lo hará Rosa, que aunque “chiveada” por la entrevista, logró relatar que le tocará tratar de colocar su mercancía para conseguir lo del día “para poder comer y juntar pa’ la renta”.
La ajetreada vida moderna provoca que las ventas disminuyan considerablemente, porque los productos hechos a mano ya no son valorados y cada vez es más difícil que a las personas les interese tener una blusa, guayabera, cinturón o rebozo.
Tiene que alimentar a sus pequeños de 8 y 12 años, ella renta un cuarto y acudirá posiblemente a la playa, donde quizá pueda vender sus productos que a cuenta gotas logra ir “sacando”.
Aunque ella no lo ve así, otras más sí, pues consideran que viven una triple marginación: por ser del género femenino, vivir en pobreza y además ser indígenas.
De acuerdo a las estadísticas, en 2010, del total de mujeres de 15 años y más, 71.6 por ciento han tenido al menos un hijo nacido vivo. Los datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) en 2009, la tasa global de fecundidad indica que las mujeres tienen en promedio 2.3 hijos durante su periodo fértil.
Además durante 2009, 38 de cada 100 partos fueron cesáreas. La preeclampsia moderada o severa es la complicación más frecuente de los trastornos hipertensivos; las mujeres de 20 a 24 años son las más afectadas (186.34 por cada 100 mil mujeres de este grupo de edad).
En el segundo trimestre de 2011, la tasa de participación económica de las mujeres de 15 años y más con al menos un hijo nacido vivo es de 42.2por ciento y entre las madres solteras de 72.4 por ciento.
Conforme a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2006, 47 por ciento de las mujeres unidas y con hijos padece eventos violentos por parte de su pareja.
