Para el vendedor de frutas y verduras, Uriel Hernández Del Ángel, fue mucho el tiempo en que estuvo “caro y por las nubes”, por lo que a las amas de casa se les quedó la costumbre de no usarlo y en consecuencia ya no es demandado.
En algunos lugares el precio es de seis pesos con 90 centavos, en otras verdulerías lo colocan a 9 pesos y donde más alto está el precio alcanza los 20 pesos, luego de que llegó a estar hasta en 60 pesos, aunque para quien lo ofrece las pérdidas son más ahora que está a un costo accesible.
Además de las señoras, lo compran regularmente los taqueros y las juguerías, sólo que por igual han dejado de solicitarlo como en las fechas previas a las que se dio el incremento que convirtió al limón en el “oro verde”.
