Aunque sin el afán de deslindar la responsabilidad que cada quien tiene en las aulas, hizo ver Pérez Díaz que mucho maltrato es originado por ejemplos vividos desde el hogar y al momento unos cuatro casos han sido detectados ante instancias oficiales como la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Los casos van desde la agresión verbal, los apodos y las amenazas, hasta las lesiones físicas que han sido atendidas y solucionadas en las mismas instituciones educativas en común acuerdo con padres, alumnos y docentes.
De esta forma, las sanciones para quienes no acaten dichas disposiciones, para el caso de los docentes van desde la llamada de atención hasta la rescisión de su función; en el caso de los alumnos puede llevar a la expulsión y en la gravedad del caso al fuero ministerial para que se resuelva el delito.