Los declarantes responsabilizan al Superintendente de que en lugar de exigir que continuara la obra y vigilara se diera cumplimiento a los contratos, decidió intimidar a los trabajadores.
Sugieren que quizá haya “mochada” por parte de las empresas hacia la Superintendencia, pues las pérdidas millonarias por los retrasos no justifican que se haga de la vista gorda, además de que observan desde que fue nombrado en el cargo el 1 de marzo del 2013, en sustitución de Francisco Tripp Velarde, el nuevo Superintendente General de la Terminal Marítima de la Barra Norte, que deja mucho que desear en cuanto a su capacidad para ocupar un puesto semejante en el que “expone a los trabajadores por la falta de equipo entre otras cosas” se quejan.
Los inconformes pidieron no revelar sus identidades para evitar represalias, aunque declararon que “Fyresa” retrasó lo concerniente al tanque de almacenamiento, mientras que “Pycis” que lleva a cabo la construcción de un laboratorio Industrial, también está retrasada al igual que “Ática” que sólo en apariencia hace labores en una subestación eléctrica, cada uno de los trabajos dentro del área de Pemex, lo que generó el descontento de parte de los interesados ante “los pésimos trabajos y su omisión en la obra”.
