Por su parte la Psicóloga Sequera explicó que la Teoría del Desarrollo de Piaget es de las más importantes, porque menciona el cómo se lleva a cabo el desarrollo cognitivo del ser humano, ya que permite que las personas sean capaces de aprender, desarrollar y manipular gran parte de su ambiente.
Al considerarse a los niños como esponjitas, que todo absorben, asimilan y acomodan todo aquello que los rodea, en este caso les permite adquirir experiencia, que podrían ser positivas o negativas según el entorno, por consiguiente el hecho se llegar a un lugar nuevo con personas que no conocen podría generar temor o inseguridad. Ahora que si sumamos el hecho de ver a otros niños llorando, se convierte en una situación difícil.
Para evitarlo se debe preparar al niño para que sepa que jugará, conocerá cosas nuevas y del entorno al que se enfrentará, pero en forma agradable. A la vez los papás deben mostrar tranquilidad a la hora de dejarlos en la escuela.
Si se dejan desde meses de nacidos en estancias maternas se vive más rápido la separación, porque encuentran de alguna manera “madres sustitutas” que les ayudan a enfrentar ese cambio en forma gradual.
Los que han estado más tiempo en casa y no se han despegado de la figura materna ni siquiera en los domicilios de sus familiares, como las abuelitas o alguna tía, podrían sufrir más con el cambio al que llegarán.
Por ello, es necesario que platiquen con los pequeños y ambos sepan que no se trata de una experiencia que deba ser traumatizante, además que no se le deben dar ideas erróneas, por el contrario hacer que tenga un concepto positivo.
Lo negativo que puede ocurrir es el llanto o la negativa a salir de casa, si eso sucede se le puede alentar dándole al chiquito un objeto sustituto, es decir, algo que pertenezca a los papás para que se lo lleve y eso le brinde confianza hasta que logre adaptarse.
La postura de las mamás
Mientras tanto para la señora Marisela Hernández, el tener que dejar a su hijo es difícil, porque su embarazo fue complicado y por ello no tiene la costumbre de dejarlo con nadie, ahora debe buscar la manera de “confiar en que las maestras lo cuidarán”.
A pesar de no ser un niño enfermizo, la madre de familia siempre ha sentido el miedo de que algo le pase “a mí bebé” y sabe que con el paso de los días podrá dejar de sentir el temor de que pueda pasarle algún accidente “o algo peor”.
El caso de Matilda Flores no es igual, ya que tuvo que dejar en la guardería a su “nena”, fue la necesidad la que la orilló a alejarse muy pronto de su bebé y por eso no tendrá mayor problema ahora que va al jardín, lo difícil serán las tareas y la nueva etapa a la que las dos deberán enfrentarse.
Cada situación es diferente, pero se invita a que como padres preparemos nuestra mente y a nuestros hijos para poder superar juntos esta nueva etapa del desarrollo del infante, y que redunde en positivo.