En el sondeo, el trabajador Elías Clemente Padilla indicó que “antes ganábamos más lana, cada vez está peor, está duro, todo está subiendo y el salario del pobre cada vez es más pobre, los proyectos están parados hasta nuevo aviso y tengo un mes sin trabajo”. Pues hace años llegaba a ganar 5 ó 6 mil pesos por semana y ahora son 3 mil cien pesos, pero al ser en otro lado el empleo ofrecido sus gastos tan solo de pasaje son de 2 mil 200 pesos, pues ahora debe salir a Sonora, Cananeo u otros sitios para emplearse.
Otro factor que se opone a que haya “buenas pagas” es el uso de tecnología, así le ocurre al rotulista Santos Santiago Gaspar que ya no puede ganar bien, ya que un negocio de serigrafía cobra 200 pesos cuando él pedía 350 pesos: “nos vino a desbancar, o sea el oficio de uno lo tumbó”. Dijo que no hay mejoras, tan solo lo que ocupa como la pintura y brochas se le va la ganancia que pueda obtener.
Es así que las personas que perciben bajos ingresos en los últimos seis años, los trabajadores que ganan un salario mínimo, subieron en un millón 300 mil personas y las fuentes de trabajo con ingresos que van de más de uno hasta tres salarios mínimos aumentaron en 3 millones 800 mil plazas laborales.