Una vez que ha probado las mieles del poder, Raúl Ruiz Díaz se ha empezado a marear y si así está cuando no ha cumplido ni su primer año de gobierno, que se puede esperar para el tercero o último año de su administración, augura gente de confianza que difícilmente lo tolerarán.
Al paso que va, cuando terminen sus cuatro años de gobierno no se va querer ni acercar a los establos para ver al ganado, porque para entonces no usará camisa a cuadros y pantalón de mezclilla, que era una vestimenta común antes de su llegada al Palacio Municipal.
Raúl Ruiz Díaz ha perdido la sencillez que alguna vez lo caracterizó, cuando administraba el conocido bar “Quince Letras” del centro de la ciudad, por el que de seguro ni desea pasar frente a él.