15 de Mayo de 2024

POR ENCIMA DE LA CIUDAD DESHECHA, GIRABA DIEGO

HÉCTOR DE MAULEÓN

Antonio Marimón nos daba lecciones de futbol en la redacción del periódico La Crónica.

“Hay jugadores del montón, jugadores buenos, jugadores muy pero muy buenos, y después existe, por encima de esa escala, una última clase...”.

En esa última clase solo había lugar para los genios. Los futbolistas que hacían época y marcaban una década. DiStefano lo había hecho en los años 50. Pelé en los 60. Johan Cruyff en los 70. Maradona en los 80.

Marimón decía que antes de todos ellos hubo un argentino, Adolfo Pedernera, jugador del River Plate y maestro de Di Stefano. Pero el mundo ignoraba ese secreto porque Pedernera existió antes de que el futbol llegara a la televisión.

Marimón murió en 1998. No le tocó ver al otro miembro indiscutible del club: Lionel Messi. Pero había llegado a México, huyendo de la dictadura argentina, con tiempo suficiente para convertirse en uno de nuestros grandes cronistas deportivos –le pasó lo que a Pedernera: murió antes de que llegara internet y sus crónicas quedaron olvidadas en las hemerotecas—, lo que le permitió estar en el Azteca el 22 de junio de 1986, a la hora en que se produjeron dos momentos definitivos en la historia del futbol: “el gol del siglo” y “la mano de Dios”.

Para quienes habíamos presenciado todo aquello en la pantalla de una Philco a colores, haber estado en el Azteca aquel día era como haber visto la batalla de las Termópilas o el Desembarco de Normandía.

Yo pienso en 1986 y veo la ciudad deshecha por el terremoto del año anterior: esqueletos de edificios, montañas de escombros sobre Tlalpan, la colonia Roma, el Centro, la Doctores. Sé que en el cine pasaban “El jinete pálido”, con Clint Eastwood, y que “África mía”, con Meryl Streep y Robert Redford, abarrotaba las taquillas.

Sé también que eran los años de “Cachún Cachún Ra Ra”, y del programa aquel en que salían Erika Buenfil y René Casados: “XETU”. El comercial más famoso era el de “El momento Carta Blanca”, que llevó a una efímera fama a la sensual Mar Castro –la célebre Chiquitibum. En esos tiempos la leche “Milo”, “el sabor del triunfo”, era “el alimento oficial México 86”, y artistas famosos, entre ellos Lola Beltrán, habían sido contratados por la Secretaría de Turismo para llevar a cabo una campaña que recomendaba a nuestros salvajes connacionales “ser amigos del turista”, y les recordaba que “el buen trato a los visitantes da empleo a más mexicanos”.

Muchos años más tarde sabríamos que el gol más bello de aquel Mundial fue el de Manuel Negrete contra la selección de Bulgaria. El “Esto” cabeceó al día siguiente: “¡México, Qué Padre!”. La cabeza secundaria decía: “El gol de Manuel Negrete, UNA OBRA DE ARTE”.

Desde su primer partido la selección mexicana enloqueció al país con aquel equipo inolvidable: Pablo Larios, Fernando Quirarte, Armando Manzo, Miguel España, Hugo Sánchez, Tomás Boy, Javier Aguirre… Sin embargo, por encima de todo eso, y por encima de la ciudad deshecha, giraba Diego Armando Maradona.