- Hirving Chucky Lozano y 25 más conforman la artillería de México para encarar la Copa del Mundo
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El atacante del Nápoles es el guerrero todo terreno que resplandece en las horas grises: marcó el gol con que México hizo historia y venció a Alemania en Rusia 2018 y, presente desde ayer en la concentración del Tri, está listo de nuevo para comandar el ataque.
El plazo se cumplió y termina la exasperante, absurda y tediosa polémica en torno al atacante Rául Jiménez y la terquedad del seleccionador nacional.
Gerardo Tata Martino, quien tuvo una baraja de jugadores a su disposición –de menor renombre, cierto, pero de físico íntegro– se encaprichó esperando al del Wolverhampton hasta el último instante ¿para qué? ¿para que juegue apenas ante Arabia Saudita, cuando por fin haya ganado algo de ritmo? ¿o para que se resienta y vuelva a lesionar ante la exigencia de la poderosa Argentina? La polémica produjo miopía, la atención se centró exclusivamente en la delantera, como si la zaga y el medio campo fueran cosa sólida, y no es así.
Los federativos ni siquiera reaccionaron, esperaron pasivamente en lugar de tomar las riendas, agitar las aguas y sacar a Martino de su empecinamiento irracional. Tampoco lo hicieron cuando se obstinó en dejar afuera a Javier Chicharito Hernández por líos de disciplina.
Es un secreto a voces que siempre se dieron casos en que varias damiselas fueron introducidas a las concentraciones de la selección y equipos de futbol.
Nada nuevo bajo la luna, pero esta vez se desgarraron las vestiduras.
El ensayo frente a Irak resultó un espejismo, peor que un entrenamiento.
Lo endeble del rival no permite progreso ni conclusiones valederas, es más bien una trampa hacia el autoengaño y la complacencia.
El miércoles Suecia, con su importante juego aéreo, puede dar un brusco vuelco hacia la realidad y tal vez haya tiempo de subsanar falencias… El Tri no será la excepción, en general los 32 equipos se presentan con escaso trabajo de conjunto, apostando más que nunca por sus individualidades.
La inauguración se espera fastuosa, no puede ser de otra manera.
Promete ser el punto culminante del derroche de una de las naciones más ricas del planeta, que no reparó en repartir dádivas a diestra y si-niestra, obsesionada en sobresalir sobre los emiratos vecinos arrogándose el máximo evento deportivo.
No hay coto: meses atrás se habló de la creación de nubes artificiales de carbono para colocarlas mediante control remoto sobre los estadios, provistos todos de aire acondicionado.
La final femenil entre Tigres y América es de pronóstico reservado. El estadio Azteca alberga ahora el récord de público en un partido de mujeres, después de que en el juego de ida (con triunfo 0-1 de la UANL) registró 52 mil 654 aficionados.
Funcionaron los artilugios con promoción de entradas casi gratis; ahora las capitalinas tienen un reto mayúsculo este lunes y para erigirse monarcas deberán superar a unas Amazonas con renovada sed de títulos, que estarán impulsadas por la denominada mejor afición del país.
El Potro de Hierro está de fiesta. Mientras las Chivas arrastran el prestigio, el Atlante, también considerado equipo del pueblo, quiere reverdecer laureles, anhela recuperar su lugar en el máximo circuito del balompié mexicano.
Por suerte Alejandro Burillo priorizó otros deportes y le soltó la rienda; ahora, de la mano del empresario Emilio Escalante, se coronó con honores en la Liga de Expansión, pero deberá esperar a que al cerrado clan que se adueñó del balón le dé la gana abrir las rutas deportivas para el ascenso y descenso… Que espere sentado.
Miguel Piojo Herrera fue echado del timón de Tigres.
Luego de insultar a su plantilla etiquetándola de vieja, o quizás a la par, se comprometió como comentarista de una televisora para el Mundial de Qatar, relegando a segundo plano sus deberes con uno de los equipos que mejor pagan y que más exigen en la Liga.
El ex zaguero se declara dispuesto a retomar el timón tricolor a la salida de Martino y rumbo a 2026. No cabe duda, el pez muere por la boca.