Agencias
Esto
Grata e ingrata fue la noche desde el Al Rayyan Stadium que vivó un duelo pletórico, un choque donde la fortuna le sonrió a Gales y el mar sabor junto a la impotencia le hicieron pasar un mal rato a los Estados Unidos en su presentación de la Copa del Mundo de Qatar.
Gareth Bale no se tentó el corazón por jugar en EU con el LAFC de la MLS y puso cifras definitivas de 1-1 frente al rival que merecía más de la cuenta, pero también dejaron ir varias jugadas de gol. Tim Weah hizo soñar al vecino del norte por un gran lapso de tiempo, pero la desconcentración, esa misma que característica a los de Concacaf arruinó lo que pudo haber sido su triunfo a escasos ocho minutos de finalizado el tiempo reglamentario.
Sin sobresaltos, el cuadro de la Concacaf maniató a la representación de la UEFA, en algo que era inimaginable por casi 70 minutos. Estados Unidos fue amo y señor durante ese largo lapso, el cobijo de su gente ayudó en todo momento a los del Tío Sam, quienes metieron segunda, tercera y hasta cuarta velocidad; pusieron freno, corrían, y nuevamente frenaban. Se jugaba al ritmo estadounidense.
Atrevimiento fue el sinónimo de Greg Berhalter con su esquema y pupilos, quien en su ataque puso Weah, Sargent y Pulisic, hombres que dieron motivos de gol. La juventud y dinamismo encontró espacios y ventanas en donde pudieron hacer daño a temprana hora. El primer aviso fue de Jash Sargent en donde incluso los europeos quedaron cerca de anidar en su propia red.
Rápidos y concentrados en el gol fue como EU fabricó su segunda aproximación con dicha encomienda: vacunar al rival. Así que en jugada prefabricada desde el mediocampo Tim Weah, derrochó genialidad y ante el flojo achique del meta Wayne Hennessey puso el tanto americano.
El reloj marcó minuto 36 y Estados Unidos finalmente ratificó la superioridad. Pulisic aún remató un envío de Weston James que pasó desviado y de Gales nada para irse al entretiempo.
Inició la segunda parte y con modificaciones en la alineación la propuesta no cambiaría, lo que sí, fueron las entradas fuertes que contextualizaron la desesperación de Gales, incluso el capitán Gareth Bale se tiñó de amarillo. Los europeos adelantaron líneas y EU siguió con esa inercia, no guardó el resultado y trabajó en el segundo gol, pero ahora no pudieron concretar. Fallas en el ataque y EU cayó levemente en el duelo a donde quería ir Gales: al juego de la desesperación y el reloj en contra.
Así que un golpe de fortuna le sonrió a Gales, Zimmerman derrumbó a Gareth Bale y de inmediato hubo penalti, mismo que fue canjeado por gol del mismo Bale. Ahora EU no pudo creer lo ocurrido, siguieron con el concepto ofensivo. Con nueve minutos agregados, las emociones se encendieron por completo, el ir y venir fue la constante, Brennan Johnson tuvo selecta jugada que dejó en el pecho de Matt Turner y EU aún atemorizó con Bale, pero el resultado estaba fraguado, la repartición de unidades quedó de manifiesto en dicho pelotón.