- George Kittle (85), de los 49ers, fue clave ayer con dos anotaciones en la victoria de San Francisco sobre Arizona, en el estadio Azteca
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Mientras el mundo tiene la mirada puesta en Qatar 2022, en México algunos millones tienen los ojos y la pasión apuntando a otro horizonte.
El presidente de los 49ers, Al Guido, anticipaba que para los habitantes de este país, en el partido de anoche en el estadio Azteca –donde 78 mil asistentes vieron cómo San Francisco derrotaba 38-10 a Cardenales de Arizona– se viviría algo parecido a un Supertazón.
Si en otras latitudes sucede una Copa del Mundo, aquí ocurre algo que los fanáticos consideran más importante.
México es el mercado más importante de la liga después de Estados Unidos, con unos 40 millones de aficionados, según calcula la NFL, con esos números el éxito estaba asegurado y el Azteca lucía rebosante.
Desde hace días arribaron legiones de fanáticos para presenciar el retorno del máximo espectáculo de futbol americano a estas tierras, suspendido en dos ediciones por la pandemia de covid-19 en 2020 y 2021.
Además esta fue una nueva versión del primer partido de temporada regular que hubo en México, con los 49ers ante Cardenales en 2005.
Desde el viernes por la tarde se veían aficionados a la NFL.
En las calles de la Condesa, un grupo de alrededor de 20 seguidores aprovechaba para hacer un poco de turismo; llegaron de Ciudad Juárez, desde donde suelen ir a Arizona a ver juegos de NFL, en un avión que, cuentan, venía repleto de fans.
“Esto es diferente, nada se compara con tenerlos en el Azteca y con nuestra afición, eso es único y lo saben”, comentaban mientras llamaban la atención enfundados en sus camisetas de los 49ers.
En la explanada del estadio, los aficionados de San Francisco demostraban que valió la pena la espera de años para tener otra vez al equipo que siguen, la mayoría desde los años 90.
Era evidente su predominio frente a la casi nula presencia de seguidores de Arizona.
Todo el Azteca era de San Francisco.
Los primeros puntos fueron para Arizona, con una patada de Matt Prater para el 3-0. Pero en el siguiente cuarto, los 49 se hicieron sentir con Brandon Aiyuk, quien atrapó un misil de siete yardas que lanzó Jimmy Garoppolo para adelantarse 7-3 con el punto extra.
Los 49ers estaban encendidos, George Kittle recibió un pase de Garoppolo de 39 yardas y aumentaron a 14-3, en un estadio que deliraba como si estuvieran en la bahía de San Francisco y no en Santa Úrsula.
Arizona respondió a cuatro minutos de finalizar el segundo cuarto con un acarreo de un par de yardas, James Conner horadó la montaña de la defensiva de San Francisco para meter de nuevo al juego a los Cardenales. Ahora estaban 14-10.
Tras el medio tiempo, San Francisco volvió para pegar fuerte, ahora con las piernas de Deebo Samuel, quien corrió por la orilla para 39 yardas y puso a los suyos 24-10.
Con sólo unos segundos del tercer cuarto, Aiyuk volvió a atrapar para traspasar la línea y poner a su equipo 31-10.
En el último periodo, la velocidad de Kittle y la precisión de Garoppolo se combinaron en 32 yardas para aumentar a un irreversible 38-10.
La multitud mexicana de los 49ers esperó décadas para ver este partido, pero el tiempo les fue compensado.