- En cerrado duelo de tácticas, los dos equipos europeos lograron una justa igualada en la Copa de Qatar 2022
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El futbol no se gana por méritos, eso se sabe, pero la selección española ha desplegado uno de los juegos más estéticos y dignos hasta el momento en la Copa de Qatar 2022.
No es de estallidos individuales salidos del genio de un crack, aunque talento tiene de so-bra, sino una consecuencia de la participación del equipo, la belleza del trabajo colectivo.
Así fue como consiguió el resultado de ayer 1-1 ante Alemania, aunque anotó primero y fue alcanzada casi al final del partido.
Hay un equilibrio entre los jóvenes que prometen carreras exitosas y futbolistas de largo recorrido.
Pero sobre todo un objetivo muy claro por conservar el mejor estilo que llevó a España a ser campeona mundial en 2010.
La fórmula es esa que popularizó el mejor Barcelona y adoptó con naturalidad La Roja que dirigió Vicente del Bosque en el Mundial de Sudáfrica.
Un juego de toques rápidos, líneas cortas y veloces con jugadores que apenas reciben ya saben donde está el siguiente eslabón y no tardan nada en deshacerse de la pelota. Uno y otro y otro hasta que están en posición de hacer daño.
Bien pronto España tuvo una peligrosa para Alemania, que también hizo una apuesta inteligente y junto con su rival ofrecieron uno de los mejores partidos tácticos que se han visto en este torneo en el emirato.
El futbol movido con los pies y trazado con la cabeza, a ras de suelo y como idea abstracta.
Cuando el joven Dani Olmo, quien juega en la liga alemana, recibió el balón en el costado izquierdo, no dudó que aun lejos tenía que disparar al arco, tiro que el portero Manuel Neuer pudo echar afuera para mantener intacto al equipo teutón.
No caían goles, pero el juego deleitaba en su inmovilidad de pizarra; el pasto era un lienzo efímero que se dibujaba y diluía con los embates y resistencias de uno y otro lado.
Niclas Fuellkrug conectó un potente trallazo al ángulo superior izquierdo. Foto Afp
Alemania estuvo a punto de abrir el marcador con Joshua Kimmich, quien puso un tiro a la portería que obligó al guardameta Unai Simón a estirarse para proteger el marco ibérico.
Mientras estaba en apogeo el juego táctico, los ataques de España se expresaban con la marca registrada de su identidad futbolística.
Así llegó el primer gol del duelo, como carambola de fantasía, con toques de cada jugador como si fuera una banda donde la bola choca precisa y con la velocidad adecuada. Así el balón llegó al experimentado Jordi Alba, quien mandó el trazo perfecto para que Álvaro Morata tocara con gracia, dio un empujón con la parte externa del zapato, y anotó el primero de la Roja.
Alemania sacó el orgullo y propuso el juego. Hubo intentos, infructuosos ante un entramado ibérico difícil de desarmar. Jamal Musiala, delantero del Bayern Munich, disparó al arco, con la fortuna para los españoles de que el balón dio contra el hombro del portero Simón.
El partido estaba por terminar y Musala seguía una jugada en el área ibérica, que capitalizó Niclas Fuellkrug con un disparo cruzado al ángulo superior izquierdo, uno de esos envíos ante los cuales no existe portero en el mundo que pueda detener.
El empate 1-1 llegó con justicia.
Ciudad de México. El futbol no se gana por méritos, eso se sabe, pero la selección española ha desplegado uno de los juegos más estéticos y dignos hasta el momento en la Copa de Qatar 2022. No es de estallidos individuales salidos del genio de un crack, aunque talento tiene de so-bra, sino una consecuencia de la participación del equipo, la belleza del trabajo colectivo.
Así fue como consiguió el resultado de ayer 1-1 ante Alemania, aunque anotó primero y fue alcanzada casi al final del partido.
Hay un equilibrio entre los jóvenes que prometen carreras exitosas y futbolistas de largo recorrido. Pero sobre todo un objetivo muy claro por conservar el mejor estilo que llevó a España a ser campeona mundial en 2010. La fórmula es esa que popularizó el mejor Barcelona y adoptó con naturalidad La Roja que dirigió Vicente del Bosque en el Mundial de Sudáfrica.
Un juego de toques rápidos, líneas cortas y veloces con jugadores que apenas reciben ya saben donde está el siguiente eslabón y no tardan nada en deshacerse de la pelota. Uno y otro y otro hasta que están en posición de hacer daño.
Bien pronto España tuvo una peligrosa para Alemania, que también hizo una apuesta inteligente y junto con su rival ofrecieron uno de los mejores partidos tácticos que se han visto en este torneo en el emirato. El futbol movido con los pies y trazado con la cabeza, a ras de suelo y como idea abstracta.
Cuando el joven Dani Olmo, quien juega en la liga alemana, recibió el balón en el costado izquierdo, no dudó que aun lejos tenía que disparar al arco, tiro que el portero Manuel Neuer pudo echar afuera para mantener intacto al equipo teutón.
No caían goles, pero el juego deleitaba en su inmovilidad de pizarra; el pasto era un lienzo efímero que se dibujaba y diluía con los embates y resistencias de uno y otro lado.
Alemania estuvo a punto de abrir el marcador con Joshua Kimmich, quien puso un tiro a la portería que obligó al guardameta Unai Simón a estirarse para proteger el marco ibérico.
Mientras estaba en apogeo el juego táctico, los ataques de España se expresaban con la marca registrada de su identidad futbolística.
Así llegó el primer gol del duelo, como carambola de fantasía, con toques de cada jugador como si fuera una banda donde la bola choca precisa y con la velocidad adecuada.
Así el balón llegó al experimentado Jordi Alba, quien mandó el trazo perfecto para que Álvaro Morata tocara con gracia, dio un empujón con la parte externa del zapato, y anotó el primero de la Roja.
Alemania sacó el orgullo y propuso el juego.
Hubo intentos, infructuosos ante un entramado ibérico difícil de desarmar. Jamal Musiala, delantero del Bayern Munich, disparó al arco, con la fortuna para los españoles de que el balón dio contra el hombro del portero Simón.
El partido estaba por terminar y Musala seguía una jugada en el área ibérica, que capitalizó Niclas Fuellkrug con un disparo cruzado al ángulo superior izquierdo, uno de esos envíos ante los cuales no existe portero en el mundo que pueda detener.
El empate 1-1 llegó con justicia.
“Tengo una sensación extraña, cuando puedes ganar a Alemania y no lo consigues te quedas un poco triste, pero estamos en lo alto de la clasificación”, expresó el técnico de España, Luis Enrique; “es un poco una decepción, pero si somos honestos hemos podido perder el partido. El empate es justo”.
“A lo mejor este resultado nos da moral para el futuro. Hay guerreros en la cancha jugando con el cora-zón; si tomamos este impulso y obte-nemos aún más confianza, entonces todo es posible", afirmó el entrenador de Alemania, Hansi Flick.
España lidera la zona con cuatro puntos y sólo necesita un empate contra Japón para avanzar. Una victoria les aseguraría el pase a octavos de final en primer lugar.
Alemania, que perdió 2-1 en su primer partido contra Japón, es último con un punto. Requiere ganarle a Costa Rica, que suma tres, y sus esperanzas dependerán entonces de que Japón pierda. Si el conjunto nipón empata, el clasificado se definiría por la diferencia de goles.