- Pero queda fuera de Qatar 2022
Agencias
Esto
La Garra Charrúa se despide de Qatar 2022 y pese a su victoria, enorme esfuerzo y olfato ofensivo no pudieron avanzar a los octavos de final, pues Corea hizo lo propio contra Portugal y la diferencia de goles dictaminó llevar alegría a Seúl y tristeza a Montevideo.
Uruguay jugó un duelo casi perfecto, sus constantes llegadas al arco de Ghana hacían pensar en una goleada monumental, pero errores en definición los condenaron. Al final el 0-2 gracias al doblete de Giorgian de Arrascaeta sirvieron de poco. Adiós a la Garra Charrúa, adiós también a Luis Suárez y Edinson Cavani, quienes jugaron su último Mundial y lamentablemente no pudieron hacer más en tierras qataríes.
Diego Alonso corrigió su propuesta con respecto a su último juego contra Portugal y en esta ocasión prefirió a Luis Suárez sobre Edinson Cavani en el once titular, por ello la Garra Charrúa prometía ataque desde el comienzo de las hostilidades.
Y así fue, poco les importó iniciar con un penalti en contra para la causa celeste, en donde el VAR dio por validado un cobro desde los once pasos en una jugada apretada que al final el central Daniel Siebert decretó, pero Andre Ayew se encargó de desperdiciar, pues el meta uruguayo Sergio Rochet recostó a la izquierda y atajó.
El tiempo y momento anímico estaba del lado celeste que, con orgullo herido por el castigo desde los once pasos, buscó bajo todas las formas la anotación que abriera el camino rumbo a la victoria y el pase a octavos. Al árbitro se lo comían vivo los charrúas.
Inmediatamente y con argumentos sólidos, Uruguay encontró recompensa con el primer gol de Giorgian De Arrascaeta, quien aprovechó un tiro lejano de Núñez que el meta rechazó, pero astutamente el jugador del Flamengo terminó por incrustar con la cabeza para que toda la banca de Diego Alonso celebrara frenéticamente.
La cuestión no terminaría ahí, el momento ya era de los de Montevideo y en la segunda que tuvieron la capitalizaron. Núñez y Suárez se combinaron en gran jugada, éste último sirvió de manera magistral a De Arrascaeta, quien no permitió que la pelota cayera y enseguida metió un soberbio gol con el que desbordó la locura charrúa pese a que en las gradas del Al Janoub reinaba la fanaticada africana.
Era la media hora del partido y Uruguay se echaba a la bolsa el pase a octavos, poco les importaba, hasta ese momento, el empate entre coreanos y portugueses. Diego Alonso recobró la memoria de su equipo, la generación del juego ofensivo y el gol, cosa que le habían criticado desde su país, pues en la eliminatoria mundialista habían sido una máquina de hacer goles y en Qatar era una asignatura pendiente, pues se fueron en blanco contra coreanos y lusitanos, Ghana pagó los platos rotos y vieron a la mejor versión celeste.
Los africanos terminaron sedados la primera parte, después de los dos goles recibidos no tocaron la meta de Sergio Rochet, por lo que lamentaron errar desde los once pasos. El juego estaba donde quería Uruguay e iba por más, pero no sería fácil para el complemento, pues Ghana iba a meterlos en apuros en el cierre del juego y hasta con lo que ocurría entre coreanos y lusitanos.
No obstante Facundo Pellistri probó su diestra para poner el tercero, pero pasaba desviado. El equipo charrúa no perdía la fuerza de ataque. Enseguida Federico Valverde también quería hacerse presente en el marcador y Lawrence Ati le atajó a quemarropa.
Nicolás de la Cruz y Edinson Cavani ingresaban para meter en apuros a los africanos e ir por el gol que los pusiera más arriba en la tabla por diferencia de goles en comparación con Corea.
El duelo ya tenía de todo: goles, golazos, emociones, penaltis, jugadas polémicas en el que el VAR dictaminaba su juicio y hasta emociones pues Corea le ganaba a Portugal, por lo que el esfuerzo de Uruguay quedaba en reclamar cualquier trompicada dentro del área para que se silbara pena máxima en busca de ese gol de esperanza y se tradujera en el pase a la siguiente fase.
Los ocho minutos de tiempo agregado se vivieron al máximo, intensidad pura, nadie quería levantarse de los asientos y ahora el que quería más tiempo era Uruguay; el recién ingresado Maxi Gómez disparó y Lawrence Ati volvía atajar. Diego Alonso era un mar de emociones, Luis Suárez, con rosario en mano, pedía solamente un gol más desde la banca, gritos y euforia en todo su esplendor.
Entre coreanos y lusos su juego terminaba, y los asiáticos esperaban el final del choque entre africanos y charrúas, desde la media cancha del Education City aguardaban la espera y hasta con celular veían el cierre del choque en Al Janoub.
El silbatazo final se escuchaba y de inmediato el juez central era perseguido hasta el vestidor por una marabunta celeste que lo violentaba y reclamaba en cada una de las trompicadas que no decretó, el silbante disparó a diestra y siniestra cartones amarillos, pero el pase a octavos ya estaba en las manos de los coreanos, quienes derrotaron a Portugal y juntos avanzaron a octavos de final, pese al esfuerzo charrúa que no alcanzó.