Ante participación masiva de la ciudadanía y el apoyo de las Autoridades, sigue arraigada le tradición
MARIO HERRERA ROCHA
Naranjos
Las calles de la ciudad se iluminaron este domingo por la noche, cuando sus habitantes salieron de casas y negocios para encender en su conjunto miles de velas que guiaron el camino del Niño Jesús tras extraviarse en Jerusalén, como lo relata la Biblia en uno de sus pasajes, que desde hace varios años sirve de inspiración a una arraigada costumbre.
Derroche de ingenio y habilidad demostraron decenas de pequeños que a partir de las 18:00 horas arribaron al Parque Constitución remolcando sus típicos “carritos” de madera también alumbrados por candelas, con el fin de pasearse por los pasillos de la plaza acompañados de sus padres y en plena convivencia familiar.
Las Autoridades Municipales pusieron su grano de arena prendiendo de igual manera cientos de velas en el propio Parque y en el Palacio Municipal.
Numerosas personas se dieron cita en la Zona Centro para ser partícipes de este acontecimiento, mientras la mayoría hacían lo propio en las banquetas de sus viviendas o lugares de trabajo, preservando y fortaleciendo una tradición que se vive cada 7 de diciembre en localidades de la zona como Papantla, Poza Rica, Tihuatlán, Álamo, Tuxpan, Tamiahua, Cerro Azul y por supuesto Naranjos.
Lo anterior emulando el pasaje bíblico que narra el momento en que Jesús siendo pequeño se extravía en Jerusalén, por lo que las luces guían su camino, sin embargo la participación masiva de la ciudadanía ha logrado rebasar el aspecto religioso convirtiendo el Día del Niño Perdido en una manifestación de la cultura popular que aún sigue arraigada.