Por si fuera poco -añadió-, la falta de competencia de empresas como la avícola, genera la posibilidad de que quienes se dedican a dicho ramo impongan los precios sin restricción alguna, obligando a los demás vendedores a ajustarse en estos aumentos descontrolados.
Por último, Chávez Salinas declaró que la Comisión de Comercio funge más bien como supervisora que como ejecutora, por lo que no es un organismo en el que los afectados puedan denunciar abusos y se les proteja de los excesos a los que están expuestos ante la falta de una oficina de la Procuraduría Federal del Consumidor, facultada para sancionar a quienes incurran en tales prácticas.
