En cuanto a la semaforización de la localidad, realizada también en la administración de Soni Trinidad, el retroceso es inminente, pues de los cinco cruceros en los que se instalaron esos aparatos, sólo queda uno en el que continúan funcionando, en Justo Sierra y General Prim, junto al Mercado Municipal.
En esta ciudad los automovilistas no respetan las áreas para minusválidos, los motociclistas se matan porque no usan casco protector, los taxistas se estacionan en doble fila, las unidades pesadas destrozan las calzadas y los visitantes no saben qué hacer ante la falta de flechas que indiquen el sentido de la circulación en calles y avenidas.
Lo único que en todo este tiempo ha mejorado son los ingresos de Osiel Cruz, quien dice amar a Naranjos casi como a su natal Pánuco, gracias a las jugosas cuotas que recibe, como quedó asentado en una demanda que enfrenta en el Ministerio Público por el delito de extorsión.
