-Colonos se quejan de emanaciones de ácido sulfhídrico provenientes de un pozo de Pemex
Por Mario Herrera Rocha
Ennegrecidos se ven los tubos y los medidores de la red de distribución de agua en la colonia Aquiles Serdán, mejor conocida como Río Blanco, por efecto del ácido sulfhídrico que emana del pozo Naranjos Águila Número 31 de Petróleos Mexicanos (Pemex).
De igual manera, las láminas de zinc que conforman el techado de las viviendas de dicho sector, perteneciente a Chinampa de Gorostiza aunque conurbada con esta ciudad, muestran el preocupante grado de corrosión que provoca el también llamado sulfuro de hidrógeno.
Este ácido es altamente inflamable y toxico; como es incoloro no se puede percibir su presencia con la vista, sin embargo sí es posible olerlo, ya que posee un penetrante olor a materia orgánica en descomposición, como de huevos podridos.
El ácido sulfhídrico se encuentra naturalmente en el petróleo y el gas natural, así como en gases volcánicos y manantiales de aguas termales, aguas pantanosas o estancadas, desagües y alcantarillas, por lo que no es de extrañarse su existencia en torno a los pozos petroleros.
El problema es que el compuesto es elevadamente tóxico y en grandes concentraciones resulta fatal para los seres vivos, de ahí la gran preocupación de los moradores de Río Blanco, quienes mantienen bloqueado el acceso al área a vehículos de Pemex y una empresa contratista.
Los vecinos solicitan la intervención de la Secretaría de Protección Civil de la entidad (SPC) para que tome cartas en el asunto y obligue a Pemex a solucionar el problema, antes de que afecte la salud de la población.
