Dicha mesa fue moderada por el secretario de la Junta de Gobierno, Ricardo Corzo Ramírez, quien citó que una faceta particular del homenajeado es que “no fue ajeno a ser un hombre que en su momento asumiera las responsabilidades que implica la administración, el control, la dirección del poder”.
Lo insertó entre los intelectuales que forjaron el México del siglo XX, pues contribuyó a crear múltiples instituciones y organismos del México moderno.
Corzo Ramírez precisó que en 1947, Melgarejo Vivanco fue titular del Departamento de Antropología en Veracruz; entre 1953 y 1957, director general de Asuntos Indígenas de la República, en el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines; de 1957 a 1962, Subsecretario de Gobierno del Estado de Veracruz en el gobierno de Antonio M. Quirasco; de 1973 a 1976 fue Diputado Federal por el Distrito de Xalapa.
En esa legislatura fue compañero de tres futuros gobernadores de la entidad: Rafael Hernández Ochoa (1974-1980); Patricio Chirinos (1992-1998) y de Fidel Herrera (2004-2010). “Con los dos primeros colaboró oficial y extraoficialmente en propuestas, sobre todo en una de sus preocupaciones fundamentales: comunicar a los pueblos marginados, a los pueblos rurales, a los pueblos en sí, y en la mejora de la agricultura de las zonas semiáridas de Veracruz. De ahí que hoy en día también se le reivindique como uno de los pioneros en la defensa del medio ambiente y la ecología”, precisó el historiador.
El antropólogo fue director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y Sociales del Partido Revolucionario Institucional; coordinador de Zonas Indígenas y Deprimidas en el gobierno de Rafael Hernández Ochoa; director del Museo de Antropología en el gobierno de Fernando Gutiérrez Barrios (1988-1992) y Diputado local plurinominal en el Gobierno de Patricio Chirinos (1992-1995).
También fue miembro de la primera Junta de Gobierno de la UV, de 1997 a 2002, por citar sólo algunas de sus participaciones en la vida pública, política e institucional de Veracruz.
Precisamente, Ragueb Chaín Revuelta, como integrante de la Primera Junta de Gobierno, relató algunas anécdotas compartidas con el homenajeado. “Aprendí mucho más de su discreción, sobriedad, cortesía, sencillez, disciplina y austeridad republicana, por lo cual, y junto con todo lo anterior, puedo asegurar que me enseñó y aprendí que estas son las prendas que mejor visten a las personas”.
Además, destacó: “Desde mi particular punto de vista, el maestro Melgarejo es lo que ya no hay, es decir, funcionarios austeros, republicanos, discretos, sencillos, caballeros. Mucho menos los hay cultos, que conocen las localidades y municipios de su estado, que cuando menos hayan leído desde pequeños el Periquillo Sarniento (como aseguran algunos fue la primera lectura del maestro Melgarejo) o Las mil y una noches (que yo sé de buena fuente fue su primera lectura)”.
En la mesa también participaron Mireya Toto Gutiérrez y Alfredo Magno Garcimarrero, quienes coincidieron con el homenajeado en la legislatura local. El primero destacó la sabiduría, las ideas de largo aliento y el amplio conocimiento geográfico y cultural de la entidad. Un ejemplo vigente, dijo, es el libro Breviario Municipal.
“Eso que hoy un chamaco puede ver en un instrumento modernísimo (computadora), que es un breviario municipal, lo hicieron José Luis Melgarejo Vivanco y otro grupo de personas. Hicieron en aquella época (1977-1978) tres mil ejemplares. A mí me tocó el 930. Es un bello documento, con una representación antropológica”.
El evento concluyó con la participación de Mireya Toto Gutiérrez, también integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV, quien remarcó que José Luis Melgarejo Vivanco fue un hombre de arte, de ciencia, de luz, “y la luz no sólo la llevó al ámbito de la cultura y la academia, sino de la política”.
Para ella, “la visión del maestro es la de un hombre del renacimiento, que tenía una formación múltiple. Lo que él llevó a la función pública fue precisamente su formación académica, su vocación a la ciencia, a la investigación y a la ciencia”.
Es más, lo puso como el ejemplo de hombre político, pues fue un constructor de instituciones. “Yo no lo veo simplemente como un hombre de gobierno, sino un estadista, porque miró a largo plazo, al futuro”.
No era una persona retórica, sino conceptual, de ideas y el ejemplo más tangible de que se trató de un estadista, remarcó, es que su obra es vigente.
Narró que en aquella legislatura local, diputados de todos los partidos políticos se acercaban a dialogar y consultarle, él “era una personalidad ecuménica”.
Cuando Melgarejo Vivanco tuvo la oportunidad de incidir en la creación de instituciones fue que se lograron el Museo de Antropología de Xalapa, el Instituto de Antropología y la Facultad de Antropología, tres entidades de la UV, remató.
Entre los presentes estuvieron Luisa Melgarejo Cruz, hija del homenajeado, autoridades gubernamentales del ámbito educativo, académicos, estudiantes universitarios y amistades.