En la mayoría de las veces es el padre de familia que se dedica a la pesca y que tiene como vicio el alcohol llega al seno familiar y al no encontrarse en sus cinco sentidos actúa de manera violenta y represiva con su hijo.
Destacó el trabajo del área de psicología del Sistema DIF Municipal en este tipo de casos, en los que tiene que intervenir para conocer la problemática en la que interviene el menor de edad y el padre o la madre.
Cruz Ramos mencionó que cuando se citan ante la Procuraduría de la defensa del menor por maltrato infantil, los padres reconocen su error y se comprometen a enmendar su forma de actuar.
Enfatizó que a cada uno de los casos se les trata de dar una solución, de ahí que tras dialogar con los padres de familia y darle seguimiento a cada caso, ya no se denuncia ante la Fiscalía.