Con los intensos calores de la canícula, el olor es insoportable para los habitantes, que aun cuando cierran las puertas y ventanas de sus viviendas no es suficiente para impedir percibir la fuerte pestilencia.
Han pretendido desparecer el desagradable olor dispersando cal en el área donde escurre la descarga de agua sucia de la tortillería, pero ésta ha sido insuficiente, por lo que el problema continúa.
Vecinos solicitan que el propietario de la tortillería busque una solución inmediata para que el agua ya no siga brotando hacia la calle Porfirio Díaz, porque la fetidez es bastante intensa.