4 de Mayo de 2025

Sobreviven obreros

-Aceptan trabajos eventuales, donde se les pagan “salarios de hambre” y no gozan de prestaciones

Por Isaac Carballo Paredes 

De los 15 mil trabajadores agremiados a la Federación Regional de la CTM, en Poza Rica, 50 por ciento no cuenta con un contrato colectivo de trabajo, que los exenta de prestaciones elementales como seguridad social, de vivienda e incluso de un salario digno; sin embargo, ante la falta de empleos se ven en la necesidad de aceptar un trabajo donde laboran más de 12 horas y además perciben un pago miserable. 

De acuerdo con el Secretario general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Guillermo de los Santos Sánchez, en Poza Rica es, sumamente, necesario la apertura de más fuentes de empleo, suficientes para satisfacer la necesidad de los ciudadanos de este municipio y de la región.

Aunque destacó que, hasta el momento, la plantilla laboral se ha mantenido y no hay despido de personal, tampoco hay apertura de nuevas fuentes de empleo, "Estamos en ceros", dijo. Motivo por el cual aseveró que una gran cantidad de ciudadanos aceptan trabajos mal pagados, puesto que la necesidad es apremiante.

"No hay la contratación que nosotros quisiéramos, como en otros años, ahí la vamos llevando con calma y revisando los contratos con mucho tacto, lo que más solicitamos son los aumentos salariales de los trabajadores respecto al tabulador y prestaciones diversas, pero siempre cuidando las fuentes de empleo", expresó. 

Destacó que de los 15 mil trabajadores agremiados a la Federación Regional de la CTM, en Poza Rica, solo ocho mil dependen de un contrato colectivo de trabajo y el resto, siete mil son obreros eventuales que no gozan de seguridad social, de vivienda, trabajan jornadas extenuantes y reciben un “salario de hambre” que no les alcanza para mantener a sus familias.

Los más afectados son los aseadores de calzado, vigilantes de colonias, de tiendas comerciales, trabajadores del volante y quienes se dedican a las labores de construcción, quienes no cuentan con un contrato colectivo de trabajo y a quienes los patrones les pagan “una miseria”, o bien están a expensas de las ganancias que puedan percibir, diariamente.