- Desconocen dónde caerá, se espera que se queme durante el proceso
AGENCIAS
EUROPEA
Un satélite perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA), conocido como ERS-2, está programado para reingresar a la atmósfera terrestre este miércoles, y se espera que gran parte del satélite se queme y se estrelle contra la Tierra durante este proceso.
La Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, en colaboración con una red de vigilancia internacional, está monitoreando de cerca el satélite de observación de la Tierra ERS-2. Se estima que el reingreso ocurrirá alrededor de las 5:14 de la mañana (Hora del Centro de México) de este miércoles, con una ventana de incertidumbre de 15 horas. La ESA está proporcionando actualizaciones en vivo a través de su sitio web.
Dado que el reingreso de la nave espacial es considerado "natural" y no permite maniobras específicas, la agencia ha señalado la imposibilidad de determinar exactamente cuándo y dónde el satélite reingresará en la atmósfera y comenzará a arder, según un comunicado oficial.
La incertidumbre sobre el momento preciso del reingreso se atribuye a la actividad solar impredecible, que puede afectar la densidad atmosférica terrestre y la trayectoria del satélite. Con la actividad solar en aumento a medida que se acerca al máximo de su ciclo de 11 años, la ESA ha experimentado impactos similares en misiones anteriores, como la del satélite Aeolus en julio de 2023.
El ERS-2, con una masa estimada de 2 mil 294 kilos después de agotar su combustible, se asemeja en tamaño a otros desechos espaciales que reingresan a la atmósfera terrestre aproximadamente cada semana. A unos 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, se espera que la mayoría de los fragmentos del satélite se quemen, aunque existe la posibilidad de que algunos lleguen a la superficie, probablemente en áreas oceánicas.
Lanzado por primera vez el 21 de abril de 1995, el satélite de observación de la Tierra ERS-2 representaba la tecnología más avanzada de su tipo desarrollada y lanzada por Europa en ese momento. En conjunto con su gemelo, ERS-1, el satélite recopiló datos cruciales sobre los casquetes polares, los océanos y las superficies terrestres, observando fenómenos como inundaciones y terremotos en áreas remotas.
Aunque se retiró en 2011 para evitar la acumulación de basura espacial, los datos recopilados por ERS-2 siguen siendo utilizados en la actualidad.