19 de Septiembre de 2024

Charlie Hebdo, a la sombra del terror

Siguen recibiendo amenazas yihadistas

 

Pese a ello, "seguirá en la lucha": Antonio Fischetti

 

Agencias

Lima, Perú

 

La publicación satírica francesa Charlie Hebdo aún recibe amenazas, pero "seguirá en la lucha" para demostrar que sus "amigos no murieron en vano", afirmó Antonio Fischetti, periodista de dicha publicación.

 

Fischetti, columnista de planta de Charlie Hebdo, sobrevivió al atentado perpetrado por dos terroristas yihadistas que dejó 12 muertos el pasado 7 de enero en la sede del semanario en París.

En rueda de prensa organizada porla Universidad privada César Vallejo (UCV) en Lima, Perú, Fischetti dijo que el semanario continúa publicándose a pesar de las amenazas persistentes y del resguardo policial diario con el que viven y trabajan los responsables de la publicación.

 

 

“Nunca imaginamos que terminaríamos viviendo y trabajando en un lugar tan protegido, pero lo seguiremos haciendo porque la muerte de nuestros amigos no fue en vano", señaló.

El columnista dijo que cada día se repite para sí mismo "que tendría que haber muerto" en el atentado, pero ahora "invierte esa emoción para seguir la lucha de la libertad de expresión y de prensa".

 

El periodista señaló que "la publicación hace crítica a las creencias y no a las personas, sobre todo cuando se trata de ideas extremistas que terminan causando la muerte".

 

Remarcó además la importancia de la democracia para criticar las ideas de las religiones sin distinción alguna, y consideró que el debate de las ideas es importante en un sistema de libertades.

En este sentido, Fischetti consideró que lo sucedido con el semanario satírico permitió "una toma de conciencia general de que no hay democracia sin libertad de expresión y libertad de prensa".

 

El atentado del pasado 7 de enero contra Charlie Hebdo dejó 12 muertos, entre ellos los dibujantes Stéphane Charbonnier, Charb; Jean Cabut, Georges Wolinski y Bernard Verlhac, Tignous, además de dos agentes de Policía.

 

Tras el ataque, el semanario volvió a aparecer siete semanas después con una edición de siete millones de ejemplares que mostró una portada en la que se representaba a Mahoma con una lágrima y la leyenda "Todo está perdonado".