-Uno sufrió un paro cardíaco cuando caminaba por el puente Tamiahua-Cabo Rojo
-El otro falleció de un paro respiratorio tras enterarse del deceso de su compañero
DE LA REDACCIÓN
Como cada mañana, Ernesto Rodríguez Ramos salió a caminar, sin imaginarse que el destino le tenía deparada la muerte cuando recorría el puente Tamiahua-Cabo Rojo, donde sufrió de un paro cardíaco que le arrebató la vida.
Transeúntes y conductores de vehículos observaron que en la banqueta estaba el cuerpo de una persona del sexo masculino, pero pensaron que se trata de alguien que, tras irse de parranda por la noche, allí se había amanecido.
Al paso de los minutos se les hizo raro que el hombre no se moviera, por lo que alertaron a elementos de la Fuerza Civil y de Protección Civil Municipal, quienes acudieron al puente, percatándose de que el cuerpo estaba sin vida.
El Director de Salud Municipal, Tomás Obando Salas, acudió al lugar donde estaba el cuerpo de Ernesto Rodríguez Ramos, de 70 años de edad, confirmando su deceso al verificar que no tenía signos vitales.
Trascendió que Ernesto estaba enfermo desde tiempo atrás y que incluso su médico le había pedido que ya no saliera a caminar, sin embargo, tenía la costumbre de hacerlo cada mañana.
Instantes después de que trascendió el inesperado deceso, Elfego Ballesteros, mejor conocido como “El Chato”, de oficio estilista, al enterarse de la muerte de su amigo, se empezó a sentir mal, para finalmente dejar de existir a consecuencia de un paro respiratorio.
Los cuerpos de Ernesto Rodríguez Ramos y de Elfego Ballesteros “El Chato” son velados en sus respectivos domicilios, en esta cabecera municipal, por lo que en el transcurso del día serán sepultados en el cementerio municipal.
