- Impactará desfavorablemente la desaparición de organismos autónomos, aseguran profesionistas tuxpeños
Iris Román
Tuxpan
En el marco de las decisiones gubernamentales que buscan la desaparición de varios organismos autónomos en México, entre ellos el Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), surge una intensa polémica. Las voces ciudadanas y de especialistas se alzan para debatir las implicaciones de esta medida.
Dos activistas políticos, Ana Alicia Pérez Díaz y Francisco Espinoza Priego, aportaron sus perspectivas sobre la relevancia de estas instituciones y las consecuencias de su eliminación.
Transparencia y rendición de cuentas en riesgo
Ana Alicia Pérez Díaz, activista y excontralora, subrayó la importancia de los organismos autónomos para la vigilancia de los recursos públicos. Desde su experiencia, enfatizó que la función de estos entes trasciende la supervisión interna de las instituciones gubernamentales:
“No se puede ser juez y parte. No hay como tener organismos independientes que estén vigilando los desempeños, las finanzas y el quehacer público”.
Pérez Díaz alertó sobre el vacío que dejaría la desaparición de estas instancias. Para la ciudadanía, estas entidades son “ventanillas” cruciales para exigir cuentas y garantizar la correcta aplicación de los recursos públicos, sobre todo en áreas sensibles como obra pública y sueldos. En su opinión, la solución no radica en eliminar estos organismos, sino en fortalecerlos para corregir malas prácticas y asegurar su buen funcionamiento.
Reorganizar en lugar de eliminar
Por su parte, Francisco Espinoza Priego destacó la necesidad de preservar estas instituciones por su utilidad para la sociedad:
“Son indispensables para que nosotros también tengamos la confianza de que tenemos un lugar a donde nos van a respaldar en caso de atropellos contra nuestros derechos como ciudadanos”.
Espinoza Priego señaló que, si bien los organismos pueden mejorarse, su desaparición podría erosionar la confianza ciudadana y la capacidad de vigilar posibles abusos de autoridad. Propuso una reorganización que garantice su eficiencia sin sacrificar su autonomía, permitiendo a los ciudadanos mantener un respaldo en la defensa de sus derechos humanos y en la correcta aplicación de las leyes.
Un panorama incierto
La desaparición de organismos autónomos genera incertidumbre en torno a cómo se garantizará la transparencia, la rendición de cuentas y la defensa de los derechos ciudadanos. Estos entes, que operan como contrapesos al poder gubernamental, han sido fundamentales para la supervisión de políticas públicas y el fortalecimiento de la confianza ciudadana.
Ambos entrevistados coinciden en que más allá de cualquier reforma, el objetivo principal debe ser el beneficio de los ciudadanos y el fortalecimiento de las instituciones, sin comprometer su autonomía. La pregunta ahora es si el gobierno podrá llenar el vacío que dejarán estas entidades o si los ciudadanos verán mermados sus derechos y acceso a la información.