28 de Abril de 2024

columna segunda

 

 

Por Lorena Piñón Rivera

La solidaridad es un valor cívico fundamental que trasciende fronteras y se convierte en un pilar esencial en situaciones catastróficas, como los sismos o huracanes que con frecuencia azotan a México. La ética de la responsabilidad social no se limita únicamente a los gobernantes, sino que se traduce también en acciones de la sociedad en general, se extiende a empresarios, colectivos sociales, gremios y organizaciones no gubernamentales; que se movilizan para auxiliar a las personas que han sufrido alguna desgracia.

En México, un país con una rica tradición de comunidad y unidad, tenemos una historia marcada por sucesos catastróficos, como sismos, huracanes e inundaciones, que han sacudido la nación en repetidas ocasiones. Estos eventos, aunque devastadores, han sido una oportunidad de demostrar su solidaridad, un valor que impulsa a las personas a unirse para ayudar a quienes están en apuros.

Las últimas semanas han sido notables los actos de apoyo a las familias de Guerrero que resultaron afectadas en Acapulco porque han perdido de manera súbita la normalidad de sus vidas, considerando que “Otis” devastó más del 90% de los hogares y negocios y que la infraestructura urbana también ha sido arrasada, aunado al dolor de las pérdidas de seres queridos.

Veracruz ha sido históricamente vulnerable a fenómenos meteorológicos poderosos. Huracanes, tormentas tropicales e inundaciones son amenazas recurrentes que han causado daños materiales significativos y, lo que es más lamentable, han resultado en una cifra considerable de víctimas mortales y heridos.

Recientemente, la tragedia provocada por la naturaleza también ha tenido un episodio en el territorio veracruzano del sur, en donde especialmente el municipio de Agua Dulce ha sido golpeado por lluvias torrenciales que han llevado a una situación desgarradora. Más de 3,000 familias se encuentran en una posición crítica, con sus propiedades dañadas y sus vidas trastocadas. Esta tragedia requiere de la solidaridad de todos, no solo de los habitantes de Agua Dulce, sino de la sociedad veracruzana en su conjunto.

Hoy, en este momento de adversidad, hago un llamado respetuoso a la sociedad veracruzana y a todos los mexicanos. La solidaridad no es solo un valor, es una acción. Invito a que, en estos tiempos difíciles, nos unamos en apoyo, los centros de acopio necesitan víveres no perecederos, medicamentos, ropa y artículos de limpieza. Cada pequeño gesto de solidaridad, cada donación, contribuye a aliviar el sufrimiento de aquellos que más lo necesitan.

En momentos de crisis, México se engrandece; hagamos que esta solidaridad guíe a nuestra sociedad en su búsqueda de un futuro mejor, más resiliente y más unido. Es momento de actuar y demostrar que somos una nación que se apoya mutuamente. Apoyemos a Agua Dulce. @lorenapignon_ Diputada federal