26 de Abril de 2024

Por Nina Salguero

Dice el dicho que “todo lo que sucede conviene”, y eso lo debemos analizar a fondo, pues detrás de cada hecho que agrede los derechos humanos surge algo positivo, tal y como lo es la solidaridad.

Ya se había mencionado que varios campus universitarios de EE.UU. estarán convertidos en santuarios donde apoyarán a las personas que se encuentren en riesgo de ser deportadas.

Las entidades estadounidenses, cuyos gobernadores han declarado abiertamente estar a favor de los migrantes y, más de los jóvenes que estudian en Estados Unidos, así como de la incertidumbre de saberse repatriados no tienen las directrices ni la capacitación para poder enfrentar y defender sus derechos, para ello se implementarán talleres.

La administración de Donald Trump es ingrata, puesto que la mayoría de los dreamers son jóvenes mexicanos que han ingresado a las fuerzas armadas y han cooperado para que el país de “La Libertad” sea lo que era antes de Trump, han luchado y defendido a la Unión Americana con gratitud y amor, valores que hoy no les son reconocidos.

Independientemente de las prestigiadas universidades de EE.UU., la Fundación Slim, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, han creado un frente común para evitar que el gobierno sátrapa del Donald abuse de los migrantes, a los cuales ha etiquetado como criminales.

Un dato aproximado que proporciona la ONG arroja la cifra de 600 mil inmigrantes (niños y jóvenes), 400 mil son mexicanos y el resto de países centroamericanos, el programa al que se adhirieron se denomina DACA Deferred Action for Childhood Arrivals, que se puede interpretar como la acción diferida para todos aquellos llegados en su infancia y que fueron introducidos de manera ilegal a los EE.UU.

Este programa no es obligatorio, es una oportunidad dicen, para regularizar su situación y de esta forma poder emplearse bajo el marco de la Ley, asimismo, dicho apoyo tiene sus limitantes debido a que sólo entran los que hayan llegado a EE.UU., antes de cumplir los 16 años de edad y no tener más de 30, además de no tener antecedentes penales.

Son 1,4 millones de jóvenes aptos para acogerse al plan de gobierno, para gestionar la suspensión deportación y permisos para obtener un empleo, la mayoría de estos jóvenes mexicanos vive en California, Nueva York, Texas, Florida e Illinois.

Veracruz como entidad ocupa un lugar importante dentro de la corriente migratoria, otras entidades le llevan la delantera; muchas de las veces se les mira indiferentes, pero son actos bizarros en donde se exponen a la muerte y a múltiples peligros, soportan lo indecible con tal de dar un futuro mejor a sus hijos.

Las iglesias igual se han unido como en los viejos tiempos, las iglesias serán albergues y dobles santuarios.

Existen casos en que regresan enfermos a morir en su patria y otras veces ya no regresan, debido a que se casaron en aquel país, obtuvieron su ciudadanía y se olvidan por completo de su familia, en estos casos no entran en las estadísticas.

El Estado de California reúne a 412, 560 de estos jóvenes, mientras que Texas es el hogar de 226, 700 de ellos; a partir del 15 de agosto podrán pedir quedarse en el país y así como un permiso de trabajo por dos años, pero no se les otorgará la ciudadanía. El 53 por ciento restante vive en toda la unión americana, siendo los siguientes estados más poblados: Florida (85, 750), Nueva York (70, 170), Illinois (67, 460) y Arizona (53, 880), Montana sólo tiene 90 "dreamers".

La mayoría de estos muchachos tienen 15 o más años de edad y, consecuentemente, ahora son aptos para el plan. El 69 por ciento, unos 936, 930, tienen entre 15 y 30 años de edad y ya podrían solicitar ahora los beneficios ofrecidos, mientras que el 31 por ciento, unos 426, 330, tienen entre cinco y 14 años de edad y podrían acogerse al plan en el futuro. 

¿Cómo afectará el sistema educativo mexicano a los niños repatriados en caso de que regresen con sus padres sin otra alternativa que seguir? Obviamente el cambio será de la tierra al cielo, ojalá y se adapten, digo, los que regresen, pues seguro en el poco tiempo que vivieron allá aprendieron que no todo es fácil, que en los yunaites todo es delito y no deleite, pero, a fin de cuentas, México es México...

Gringos ¡Go to hell!

Un reto para todos, mandatarios y mandantes...el poder es para servir.