26 de Abril de 2024

TLCAN corsé económico o acceso a la globalización 

Por Julio Cesar Vega Olivares 

Las declaraciones del secretario de relaciones exteriores de México, Luis Videgaray, parecen desplazar a los secretarios de economía y de hacienda, es decir parecen establecer que quien comanda la revisión del tratado de libre comercio es el secretario de relaciones exteriores, cuando declara que estamos listos para la renegociación del tratado de libre comercio.

Pero la sociedad mexicana no sabe sobre qué temas versará la renegociación, ni quienes la van a realizar, tal vez de nuevo un pelotón de patiños, que van a entregar nuevamente al país, en lugar de gentes comprometidas con México y conocedoras del tratado de libre comercio, uno de ellos a quien conozco personalmente y se dé su capacidad, inteligencia y dedicación, el Doctor en economía Rene Villarreal, quien ha escrito varios libros sobre cuestiones económicas y en especial sobre el tratado de libre comercio, como “El TLCAN, 10 años después”, quien  es una de las mentes más lúcidas y críticas de México, autor de aquel famoso libro la contrarrevolución monetarista, totalmente premonitorio, que seguramente algunos habrán leído, sin embargo Rene Villarreal, tuvo un desliz político, apoyó a Alfredo del Mazo, cuando la sucesión presidencial y cuando muchos creían que éste sería el presidente de la república,  tal vez algunos recuerden que Rene Villarreal fue quien hizo el proyecto económico, sobre aquella famosa reconversión industrial, proyecto muy completo que se oponía a la simple modernización de Carlos Salinas de Gortari, bueno sabemos quién ganó y las consecuencias para el país.

Sobre esta renegociación, creo es muy necesario mantener informado al pueblo de México e indispensablemente publicar la propuesta que presentará nuestro país, supongo que tenemos una o será que nuevamente lo harán en lo obscurito y en las rodillas, o que no merecemos ninguna información sobre un asunto de vital importancia para el país, que de por sí ha comprometido y compromete el futuro de México, 

Aunque en realidad con  tratado o sin tratado el comercio internacional sigue, para eso está la OMC, por ejemplo China se inserta en la globalización, pero de manera activa y obliga a los capitales internacionales a invertir en áreas o sectores económicos específicos, que el estado analiza y dispone  y a algo importantísimo, a transferir tecnología. 

Es muy claro que la eliminación de las barreras arancelarias resultado de la apertura comercial no es una panacea y que esto se realizó con un objetivo específico que parecía ser justificado, pero que no dio resultado y que sin embargo esto no se modifica, se sigue con lo mismo, con necedad, éste objetivo era que la competencia interna; entre la producción  nacional y los productos extranjeros sin aranceles que llegaban al país, lograría la transformación productiva y que en un segundo momento se iniciaría un círculo virtuoso de inversión-producción nacional, lo cual elevaría el empleo y eso los salarios y viviríamos felices por siempre. 

Tal vez la apertura comercial abre oportunidades, pero también amenazas, que deben controlarse mediante estrategias, tanto de competitividad sistémica como de inserción activa y no con una postura subordinada. 

Por ello necesitamos transitar a una nueva etapa de industrialización avanzada, articulada internamente y eslabonada adecuadamente en la cadena global de valor.

La apertura comercial no es un modelo de desarrollo, ni siquiera de crecimiento, ni algo que per se  eleve la productividad o la ahora denominada competitividad invento de la globalización, por ello el TLCAN, debería ser un medio de acceso a la globalización, pero mediante un modelo de desarrollo integral,  no solo un modelo exportador de manufactura de ensamble, que también compromete a los sectores agrícola y financiero, que  obliga a la privatización,  al endeudamiento y que concentra  las exportaciones en un solo país: los Estados Unidos, que es como un corsé económico que mantiene sofocado al país.

Pues a  23 años del tratado,  la relación productiva sigue igual o peor y no parece quererse componer, cuando tenemos un México con más pobres, salarios raquíticos, falta de oportunidades, escamoteo del bienestar, retraso tecnológico, e inseguridad, ¿dónde están los beneficios del TLCAN?

El caso de los automóviles es paradigmático, se arman en México pero por corporaciones norteamericanas,  que importan las partes de Estados Unidos, lo que de entrada es una transferencia de valor y las partes que se fabrican en México las hacen filiales norteamericanas o extranjeras, son exentos de IVA y de aranceles, y las ganancias se reflejan en Estados Unidos y pagan impuestos allá, por ello ésta  nueva renegociación del tratado podría ser una oportunidad, claro  si fuera de igual a igual y  valga la comparación, porque es  como enfrentar un peso completo a un peso mosca, de antemano sabemos cómo terminará el pleito.

Daniel Lederman, Economista Principal y economista en Jefe Adjunto para América Latina y el Caribe, del Banco Mundial quien ha publicado numerosos libros sobre temas relacionados con el desarrollo económico, expresó, “México parece no experimentar un cambio favorable en su actividad innovadora , ello es evidencia de que México no tiene un fuerte encadenamiento de su sistema nacional de innovación, al grado de que su dinámica solo se sustenta en la ventaja temporal de los bajos costos de mano de obra, en un  proceso simple de maquila y no en el desarrollo  de una base de conocimiento dirigido por la innovación, que haría sustentable el crecimiento de los sectores”.

Aunque según Donald Trump, el TLCAN les provoca desequilibrios económicos y les roba empleos a los Norteamericanos, puras cuentas torcidas, la receta es muy sencilla que se equiparen los salarios que pagan en México, con los que pagan esas mismas compañías en los Estados Unidos  y a sus empleados de origen norteamericano en México y en mucho se arregla este asunto.