26 de Abril de 2024

El PAN se desvanece

Por Ángel Álvaro Peña

El PAN se convirtió en el partido de los líderes jóvenes, pero también de la inexperiencia. La división entre los neopanistas y panistas tradicionales fue marcada por la edad de sus integrantes. Al salirse Margarita Zavala de ese partido, dejó tres grupos irreconciliables dentro del PAN, los que la favorecen a ella, encabezados por su exmarido, Felipe Calderón, y su prima Mariana Gómez del Campo; otro grupo el de los neopanistas, que, en su pragmatismo a ultranza, se convierten en senadores rebeldes, y los que apoyan a Ricardo Anaya, que son la mayoría dentro del PAN.

El PAN, sin embargo, actúa como si fuera un partido sólido, monolítico porque se sabe apoyado por otro partido que sin estar en Por México al Frente, cuenta con su protección y ese es el PRI, junto con toda la estructura de gobierno.

El PAN por sí mismo, parece condenado a ser tragado por el PRI en estos momentos. Son tiempos de campañas, además de mostrar una falta de cultura política y experiencia partidista del candidato Ricardo Anaya, y del líder nacional, Damián Zepeda Vidales.

Como sucede con el PRI, dentro de su discurso de campaña deberán encontrar en sus propios correligionarios el mejor tema de campaña. Ricardo Anaya ya empezó a destruir la imagen de Felipe Calderón, y sabe que en su gestión hay mucha tela de dónde cortar. Además, cuestionar la conducta personal y las decisiones políticas de Calderón, lo convierten en un candidato congruente, con la renovación del PAN, que sería la tercera vuelta de tuerca dentro de ese partido, una vez que los panistas tradicionales, fueron dejados atrás por los neopanistas y éstos se relegan ante la postura negociadora de Anaya con el poder.

Damián Zepeda Vidales, señaló que, con Fox y Calderón, “No cambiamos el régimen, permitimos que las viejas estructuras priistas clientelares continuaran operando”.

Así, el PAN, se presenta ante unas elecciones reñidas con un acuerdo implícito, ceder, en caso de que las encuetas de la intención del voto así lo determinen, en favor del candidato del PRI a la Presidencia de la República, José Antonio Meade, para cerrarle el paso a Andrés Manuel López Obrador.

Los intereses personales e inercias de gobierno del PAN y del PRI son muy parecidos. Así lo demostró Vicente Fox en el poder, cuando los mexicanos pensaban que todo iba a cambiar, nada cambió. Ni siquiera la estructura del poder ni las malas costumbres de sus funcionarios públicos ni las mañas del gabinete.

CON CALDERÓN FUE LO MISMO

Así que Anaya si quiere tener una personalidad propia, tiene que deshacer en sus críticas a Fox y a Calderón, y recorrerse hacia la izquierda para competir con Morena y justificar su alianza con el PRD.

Si el PRD se diluye en este frente, no pasa nada. La izquierda sigue estando representada por Morena, pero si el PAN desaparece y se fusiona más de la cuenta con el PRI, la derecha formal, la oficial, la que aparenta equilibrios; desaparece.

Aunque debe reconocerse que en muchas de las acciones de gobierno de la actual administración el PRI actuó más a la derecha que el PAN.

La tradicional geometría ideológica de la política nacional exige una derecha bien identificada con las causas conservadoras, y en este momento sólo el PAN las representa y defiende.

México tiene una historia de lucha permanente entre conservadores y liberales. Este es su bipartidismo ideológico. Así, desde esa perspectiva de pensamiento, el equilibrio del PAN es más determinante que cualquier otro partido. Es necesaria una derecha real, oficial, que se identifique con las ideas vetustas, pero que exista como contrapeso.

El discurso de precampaña y campaña del PRD debe tener como objetivo los gobiernos de su propio partido. Pero la orden superior es arremeter, desde ahora contra Morena como lo hiciera desde el primer momento de la precampaña el líder nacional de ese partido que afirmó que Morena es un cambio, pero con ideas viejas y fracasadas.

Agregó que la coalición “Por México al Frente” es la única opción que ha demostrado con hechos ser el cambio inteligente y audaz que los mexicanos necesitan.

El líder nacional del PAN, así como su precandidato a la presidencia de la República no tienen más remedio que tener dos enemigos, en primer lugar, Morena, y en segundo lugar su pasado, junto con sus representantes más famosos: Vicente Fox y Felipe Calderón. Será muy remota una crítica al PRI o a la actual administración de parte de Ricardo Anaya o del líder nacional de ese partido durante la campaña. De otra manera no podrán explicar su alianza implícita y sus declinaciones anunciadas.

En sus declaraciones respecto al PRI, el PAN será tan aterciopelado que sólo dirá, como lo dijo al inicio de la precampaña que no ha cambiado, que sigue siendo aquel de las mentiras y del desprecio a los más vulnerables, que sólo se acerca a ellos cuando de pedir el voto se trata.

El PAN deberá ser muy mesurado en su crítica al PRI y a Meade. De otra manera no tendrá congruencia la unidad pactada para días antes de las elecciones cuando uno deba declinar a favor del más alto en las encuestas y dejar dos frentes electorales. En homenaje a un bipartidismo estadounidense que ya muestra agotamiento.

El PAN y el PRD al unirse se destruyen y sólo quedarán en posición de sumar votos, pero con una ideología que el pragmatismo borrará para siempre. Los discursos de campaña deben ser pronunciados, en el PAN y en el resto de los partidos de manera muy específica. Los mexicanos con derecho al sufragio estarán ahora más que nunca, atentos a sus contradicciones y fantasías.

Si el discurso de uno de los partidos contendientes no convence, el abstencionismo puede vencer todo el esfuerzo y las triquiñuelas planeadas. Si hay congruencia en las palabras de los candidatos, el abstencionismo puede reducirse al mínimo.

PEGA Y CORRE. - Alejandro Montano Guzmán, excandidato a la presidencia municipal de Xalapa, se convirtió en el nuevo delegado de la Secretaría de Gobernación en Veracruz. Fue diputado local y federal por el PRI, también ha sido Secretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Miguel Alemán Velasco. Llega a sustituir a Ángel Ochoa Pérez, quien tenía el puesto.