- Hay tratamientos en consultorio como productos para hacerlo en casa
AGENCIAS
CIUDAD DE MÉXICO
Tener unos dientes blancos es el deseo de muchos pacientes que acuden con el dentista. Y es que una sonrisa brillante no solo se relaciona con una salud adecuada, sino también proyecta una mejor imagen. Algunos estudios señalan, incluso, que su buen aspecto otorga más confianza y seguridad a las personas.
No obstante, los dientes van perdiendo claridad debido a factores como el paso del tiempo, los malos hábitos de limpieza o el consumo de algunos alimentos o bebidas. La coloración de estos órganos es proporcionada por la dentina (tejido debajo del esmalte), que tiende a ponerse amarillenta por la edad propia del diente.
Opciones para elegir
Para blanquear los dientes hay tantos tratamientos en consultorio como productos para hacerlo en casa. Sin embargo, las diferencias entre unos y otros son abismales, no solo en cuestión de precio, sino principalmente en lo que refiere a su efectividad.
Entre las alternativas en consultorio destacan la colocación de productos sobre la superficie de los dientes, la utilización de lámparas de luz led para activar las fórmulas de blanqueamiento y el uso de guardas con geles especiales para la aplicación en casa.
Antes del blanco ideal: Un blanqueamiento dental no es un tratamiento a la ligera. Para poderse someter a éste, un profesional debe determinar que la salud de la boca se encuentra en buenas condiciones o, de lo contrario, puede correrse el riesgo de sufrir quemaduras en las encías o presentar molestias en los dientes. El paciente tiene que ser revisado y calificar para el procedimiento. Las encías, por ejemplo, deben estar en la posición adecuada.
El proceso por pasos: Una vez que se realiza la valoración y la limpieza dental, los profesionales tienen que proteger las encías, debido a que el producto utilizado es ligeramente irritante para el tejido blanco y la exposición prolongada podría generar alguna quemadura. Existen unos geles especiales que se aplican sobre la encía para evitar daños. También deben colocarse protectores en los labios y unos lentes que bloqueen la luz ultravioleta.
De acuerdo con especialistas, el té, el café, el chocolate, el vino tinto, el cigarro, el limón, la naranja, el vinagre y los dulces no solo aumentan la aparición de manchas superficiales, sino también elevan las probabilidades de crear sensibilidad a alimentos fríos o calientes. Es por ello que se recomienda limitar su consumo.
Los odontólogos coinciden en que no es recomendable ni saludable someterse a blanqueamientos dentales en un espacio menor a seis meses entre uno y otro. De igual manera, los adolescentes menores de 16 años no deberían recibir este tipo de tratamiento, ya que se corre el riesgo de que la aplicación de estas fórmulas genere algún problema irreversible como la muerte del nervio del diente. Y es que siempre la salud debe anteponerse a la estética.
¡Fuera mitos!
En torno al blanqueamiento dental se dicen muchas cosas.
Mito: El blanqueamiento vuelve sensibles los dientes. Respuesta: Si bien no se presenta en todos los pacientes, los dientes pueden llegar a quedar sensibles sobre todo con los cambios de temperatura, lo cual se debe a la concentración de los peróxidos utilizados. Algunos profesionales recomiendan usar pastas para dientes sensibles antes y después del tratamiento.
Mito: Las restauraciones también se blanquean. Respuesta: De ninguna manera este procedimiento va a blanquear la superficie de una resina; ésta va a quedar intacta. Lo que se debe hacer es cambiarla después por una semejante al tono de los dientes.
Mito: Los dientes blancos son sinónimo de salud. Respuesta: En parte es verdad, ya que no se puede hacer un blanqueamiento dental en una boca llena de caries o con problemas serios de encías. Sería una incongruencia.