- Su huella hídrica se ha convertido en un tema de discusión entre expertos
AGENCIAS
CIUDAD DE MÉXICO
Se proyecta que para 2027, la demanda global de agua de la IA podría superar el consumo anual de países como Dinamarca, lo que plantea preocupaciones sobre la escasez de agua potable.
El crecimiento en el uso de herramientas de Inteligencia Artificial, como ChatGPT y DeepSeek, ha generado preocupaciones sobre su impacto ambiental, particularmente en lo que respecta al consumo de agua.
A medida que los modelos de IA se vuelven más complejos y demandantes, su huella hídrica se ha convertido en un tema de discusión entre expertos, empresas y gobiernos.
IA y agua
El consumo de agua en la cadena de suministro de la IA está principalmente asociado a los centros de datos, que sirven para entrenar y operar modelos avanzados como ChatGPT, DeepSeek y otros sistemas de aprendizaje automático.
Estos centros de datos no solo requieren grandes cantidades de electricidad, sino que también dependen del agua para sistemas de refrigeración, que evitan el sobrecalentamiento de los servidores.
El entrenamiento de modelos de IA a gran escala puede consumir miles de litros de agua, dependiendo de la ubicación y la eficiencia energética del centro de datos, de acuerdo con un estudio de la Universidad de California.
De acuerdo con el estudio, entrenar un modelo de lenguaje avanzado como GPT-3 en los centros de datos de Microsoft en Estados Unidos puede consumir directamente 700,000 litros de agua dulce, principalmente a través de la evaporación en torres de enfriamiento.
Este volumen de agua es equivalente a lo que se necesitaría para producir cientos de automóviles o llenar varias piscinas olímpicas. El cálculo no incluye el agua indirecta utilizada en la generación de electricidad, lo que elevaría aún más la huella hídrica total.
La huella hídrica global de la IA
De acuerdo con un artículo de la OCDE, se proyecta que, para 2027, la demanda global de IA podría representar entre 4,200 y 6,600 millones de metros cúbicos de agua, una cifra que supera el consumo anual de agua de países como Dinamarca o la mitad del consumo del Reino Unido. Esta cifra incluye tanto el agua utilizada directamente en los centros de datos como la empleada en la generación de electricidad necesaria para alimentarlos.
El problema se agrava cuando consideramos que el agua utilizada en los centros de datos es, en su mayoría, agua dulce y potable, un recurso cada vez más escaso en muchas regiones del mundo.
Según un artículo publicado en The Conversation, el consumo excesivo de agua por parte de la IA podría socavar los beneficios ambientales que esta tecnología promete, como la optimización de recursos y la reducción de emisiones de carbono.
Otros sectores
Aunque el consumo de agua de la IA puede parecer alarmante, es importante contextualizarlo. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la huella hídrica de la IA es menor en comparación con sectores como la agricultura o la industria textil.
Sin embargo, el problema radica en la velocidad a la que está creciendo este consumo. A medida que más empresas y gobiernos adoptan la IA, su demanda de agua podría aumentar exponencialmente, especialmente si no se implementan medidas de eficiencia.
El consumo de agua por parte de la IA requiere atención inmediata. Si bien la tecnología tiene el potencial de transformar positivamente nuestras sociedades, su impacto ambiental no puede ser ignorado.