24 de Abril de 2025

Alerta NASA que 3 playas de Veracruz podrían desaparecer por el aumento del nivel del mar, entre ellas TUXPAN

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  • Advierte que, de continuar las emisiones de carbono, podrían evaporarse antes del 2100

Redacción
Xalapa, Ver.

Debido al aumento del nivel del mar, 3 playas ubicadas en el estado de Veracruz podrían desaparecer, según información de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).

Gracias a la herramienta Sea Level Projection, desarrollada por la NASA, se logró observar cómo el nivel del mar podría incrementarse con el paso del tiempo. Según esta proyección, si las emisiones de carbono continúan al ritmo actual, al menos 14 playas en México sufrirían cambios geográficos irreversibles para el año 2100, incluyendo tres ubicadas en el estado de Veracruz.

Playas de Veracruz que podrían desaparecer según la NASA

Coatzacoalcos

Según los datos, en Coatzacoalcos, al sur del estado, se estima un incremento de 0.77 metros, lo cual representaría una seria amenaza para la infraestructura local y las zonas urbanas cercanas.

Alvarado

Otro punto vulnerable es el municipio de Alvarado, en la franja costera veracruzana, donde se espera un aumento del nivel del mar de 0.73 metros sobre el nivel del mar. Este fenómeno podría ocasionar la invasión del mar sobre áreas habitadas y terrenos agrícolas, como ya se ha observado en los últimos años.

Tuxpan

Asimismo, la afectación también llegaría al norte del estado de Veracruz, en las playas de Tuxpan, donde está pronosticado el incremento de al menos 0.83 metros.

Sea Level Protection es un sistema que se alimenta con datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU y plantea distintos escenarios a 75, 85, 95, 105, 115 y hasta 125 años en el futuro, con base en el comportamiento actual de las emisiones de gases de efecto invernadero y el ritmo del calentamiento global.

PLAYAS EN RIESGO

En la localidad de Las Barrancas, en el municipio de Alvarado, la erosión costera ha desplazado a decenas de habitantes. “Hay gente que perdió su único patrimonio. Nosotros hacemos lo que nuestra fuerza nos permite para protegernos: barricadas, costales de arena, piedras, pero nada detiene el avance del mar”, dice Nancy Ochoa, quien preside una cooperativa de 40 pescadores y pescadoras y lidera un colectivo de mujeres con una procesadora de pescado.

Aunque su comunidad es la más afectada, no es la única. Científicos advierten que la erosión costera en Alvarado, frente al Golfo de México, es la más grave del estado de Veracruz. Otras localidades como Antonio Lizardo, Playa Zapote, Paso Salinas y Playa Arbolillo, han perdido entre 30 y hasta 100 metros de playa. Los principales responsables del problema, dicen los expertos, son el aumento del nivel del mar provocado por la crisis climática y el crecimiento desordenado de la infraestructura.

La construcción de desarrollos inmobiliarios sobre dunas y la instalación de escolleras, una obra hecha con piedras colocadas al fondo del mar y a lo largo de la costa, han alterado el flujo natural de la arena, acelerando la desaparición de las playas.

Aunque la erosión avanza, los anuncios siguen promocionando el corredor costero como un paraíso exclusivo. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) revisados por Mongabay Latam y Causa Natura, en 19 años, se han aprobado 58 de las 82 solicitudes realizadas para construir fraccionamientos, torres y plazas en Alvarado. Otras aún siguen en evaluación. Por ahora, nada parece poner freno al boom inmobiliario en la zona, aunque en 2023 científicos del Instituto Nacional de Ecología advirtieron sobre la erosión y recomendaron regular los cambios de uso del suelo y proteger los ecosistemas.

Expertos alertan que este territorio, rico en dunas, manglares y selva baja, está siendo alterado sin considerar su valor como corredor biológico y atendiendo a un reglamento de ordenamiento urbano obsoleto, de hace 16 años.

Ante la crisis, las comunidades se organizaron para exigir, mediante un amparo federal, el respeto a su derecho a un ambiente sano.

Las playas que se tragó el mar

La erosión costera es un proceso natural que tiene múltiples causas, como los huracanes, tormentas, cambios en las corrientes marinas, sedimentos y el deshielo de glaciares, explica Edgar Sánchez, investigador del Instituto Nacional de Ecología y parte del equipo de científicos que realizó una investigación sobre los impactos del nivel del mar en la costa atlántica mexicana. Sin embargo, una de las más graves, a su consideración, es el aumento del nivel del mar a nivel global y el crecimiento de infraestructura costera mal planeada.

En el municipio de Alvarado existe una boya del Servicio Mareográfico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que ha calculado un aumento del nivel del mar de entre 1.8 y 2 milímetros por año.

“Este aumento en el nivel del mar exacerba la erosión costera porque, en eventos extremos como huracanes y nortes [vientos fuertes], el nivel aumentado del mar, más las marejadas, hace que se impacten más las costas”, explica Sánchez.

En las Barrancas, la comunidad costera cuyas imágenes de casas cayendo a pedazos han sido ampliamente divulgadas en medios de comunicación, el mar ha ganado más de 70 metros de playa en una década y ha destruido al menos 15 viviendas, además de terrenos y palapas.

El investigador Edgar Sánchez señala que en este lugar, el aumento del nivel del mar puede ser más alto que en el resto de la zona: “El aumento del nivel del mar no es parejo en todo el globo y depende mucho de la geomorfología del lugar. Si nosotros pudiésemos poner una boya en Las Barrancas, seguramente ahí el aumento relativo local sería mayor que el que registra Alvarado y que registra el puerto de Veracruz. El problema es que hay pocas boyas para medir este impacto”, explica.

Pedro Sánchez, pescador de Las Barrancas, recuerda que antes en esta playa cabían hasta tres líneas de carros, se hacían juegos de béisbol, carnavales, palapas, pero eso se terminó.

“Ahora dónde varamos (con los botes) tenemos que pagar un alquiler del terreno”, dice, y eso ha afectado su economía. “No tenemos playa donde dejar las embarcaciones, muchos tuvieron que vender sus redes y sus lanchas”, lamenta.

La expansión inmobiliaria continúa

Para intentar resolver el problema de la erosión en Mata de Uva, el gobierno estatal decidió construir en 2013 una escollera. Aunque la decisión les permitió recuperar temporalmente parte de la playa, la erosión sigue avanzando.

Y es que la colocación de escolleras sirven para proteger una propiedad, no la playa, advierte Patricia Moreno, investigadora del Instituto de Ecología (Inecol) y miembro del comité de evaluación externa del instituto de investigación en ecosistemas y sustentabilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Sucede que las escolleras, los muelles, los muros y otras infraestructuras, incluidas las inmobiliarias, crean obstáculos al movimiento natural de la arena que ocurre en las playas debido a la acción del viento, las olas y las corrientes marinas. Cuando algo interrumpe ese movimiento natural, la arena se redistribuye de manera irregular. Es decir, puede acumularse en algunas zonas y desaparecer en otras, explica Moreno.

“Si tú pones una estructura dura, impides el movimiento de arena. Así es como llegamos a las Barrancas, que perdió toda una línea de casas y ya va sobre la segunda línea”, indica la experta, quien agrega que la pérdida acelerada de dunas y playas también ha alterado el ecosistema. La erosión costera, asegura, afecta hábitats de especies como tortugas y aves playeras.

Un estudio publicado en 2023 y elaborado por el Inecol, advierte de la pérdida de 77 kilómetros de playa en Alvarado debido a la erosión costera, así como de 500 hectáreas de dunas.

Consejos de los expertos

En 2023 y 2024 científicos y expertos de la Secretaría de Protección Civil del gobierno veracruzano plantearon recomendaciones para reducir el riesgo de desastre por erosión en las zonas costeras de Veracruz. Entre ellas está la elaboración de un censo de la zona y la población en peligro.

Los expertos también recomendaron establecer con las autoridades ambientales un área protegida en la zona de mayor riqueza geomorfológica y botánica, incluyendo las hondonadas de las dunas de anidación y descanso de aves.