No haces nada.
CLAUDIA VIVEROS
Cuantas amas de casa escuchan esta terrible frase: “No haces nada”. Y lo que es peor, cuantas madres de familia solas, las tienen que soportar del ex esposo, que forzosamente quiere desatenderse de sus obligaciones y salir victorioso a toda costa, en plan forzoso de víctima, por tener que hacer el pago de pensiones por alimentos de sus hijos al cuidado de la madre, a la que a toda costa quieren pisotear y desvalorar el trabajo de cuidado dentro del hogar.
He visto rodar un montón de memes señalando y burlándose del tema. Exponiendo a las madres que reciben este tipo de pensión como una brujas, que se gastan el dinero de sus hijos en ellas y las cuales quieren dibujar como explotadoras de los pobrecitos hombres. Esos pobrecitos hombres a los cuales si no fuera por la ley no se les vería en algunos casos ni el polvo.
La mayoría de las mujeres, no se quedan sentadas solo esperando recibir, muchas salen a trabajar o buscan todas las alternativas posibles de entrada económica que las ayude a cubrir todas las necesidades del hogar y mucho más y ahí es donde me quiero detener hoy. Porque a la justicia y a la sociedad patriarcal donde vivimos, se les olvida que criar es un trabajo de 24/7. Sin descanso, y eso nadie dice, de eso no sobran los memes, tampoco he visto otros donde nos cuenten como la mayoría de las veces, las visitas del otro progenitor se espacian hasta volverse el fantasmita que manda mensajes de whatsapp (en el mejor de los casos), pero que ni le preocupa, ni sabe de las actividades y sucesos en la vida de sus hijos.
Y no, no señores, no es que por ser madre debamos estar ahí porque es el papel que nos toca, no. Porque el padre también debe cubrir funciones emocionales y responsabilidades de crianza, y eso le guste a quien le guste implica, tiempo, espacio, momentos, recuerdos, vida. Y no es un atenuante no vivir dentro de casa para escabullirse, no. Ese paradigma romántico (y para muchos varones, muy conveniente) ya hay que sacarlo del discurso. El trabajo en casa debe ser valorado y no lo paga nadie.
Las que nos quedamos con niños después de un quiebre matrimonial, nos toca un doble esfuerzo. Si pensamos en trabajar fuera de casa, debemos pensar y compaginar nuestro horario con el horario de escuela, de actividades extracurriculares, de acompañamiento de tareas y por supuesto después de trabajar ocho horas llegar a organizar lo que pase dentro del hogar. Existimos otras que podemos algunas veces trabajar desde dentro, pero nadie se da cuenta.
El hacerlo, no quiere decir que sea más fácil, solo estamos llevando a cabo una competencia multitask. Yo, por ejemplo, muchas veces estoy escribiendo estas líneas, mientras, estoy al pendiente de la lavadora o de la comida para el otro día que está en la estufa. O mientras doy una clase en línea, estoy pensando también que al término, tengo que servir de comer o llevar a alguno de mis retoños a una de sus actividades sociales, sin olvidar luego pasar a hacer las compras del súper y regresar a dar la cena, para luego sentarme a leer para mi siguiente capacitación, además de atender mis clases de maestría, porque no hay de otra, hay que seguir superándose para seguir celosamente “el hueso” porque no podemos estancarnos y los gastos no se detienen.
Así que le pido que cuando vea a una madre soltera antes de aventarle un juicio se ponga en sus zapatos. Trate de pensar como sería su vida en sus condiciones y porque vive como vive.