25 de Noviembre de 2024

Francisco Cervantes: tiempo para rectificar

ÓSCAR BETETA

Con unas cuantas palabras, para la mayoría poco claras, el nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Francisco Cervantes, parece poner en perspectiva la cancelación de los derechos políticos de los integrantes de su gremio al disponer que no deben tener candidatos a la sucesión presidencial.

Más aún, indebidamente, el expresidente de la Concamin se arroga las prerrogativas políticas de millones de mexicanos al señalar que “…los empresarios no deben tener agenda partidista, ni candidata ni candidato en 2024…” cuando para muchos, el país requiere nuevas y frescas opciones que no pertenezcan a la clase política.

En el inocultable propósito de quedar bien con quien le ha dado cobijo, se muestra complaciente al respaldar los ataques que se han dirigido al empresariado. Su pretensión de imponer el comportamiento político-electoral de un grupo, en línea con, y al gusto del poder vigente por el solo hecho de encabezarlo, es improcedente, infundada e inatendible.

Su obligación es estar en concordancia con el interés de sus representados y buscar el diálogo con las autoridades, la realización de objetivos comunes que se traduzcan en bienestar para todos. Excluir la confrontación siempre genera oportunidades de colaboración y facilita las cosas.

Si la abyección de Cervantes lo lleva al entreguismo total, como ha sido característica, vicio y costumbre de prácticamente todos los que lo han precedido, con excepción de Carlos Salazar, los integrantes del CCE no tendrán a un representante que los ayude a concretar sus propuestas, planes y programas con el sector oficial, sino prácticamente a un enemigo; será para ellos un pesado lastre y un obstáculo.

En los pocos días al frente del Consejo, seguramente nadie lo facultó para fijar su absurda posición, que pretende totalmente apolítica; y con certeza tampoco por eso accedió al cargo. Quizá si lo hubiese manifestado previamente en forma tan clara y abierta no habría llegado.

Defender con firmeza y lealtad los intereses de sus afiliados no implica estar en contra del gobierno; decirle, sugerirle, que despliegue tales o cuales acciones, ofrecerle su apoyo y pedírselo, no puede entenderse como oposición a ultranza; significa únicamente el deseo de que haya tareas conjuntas en favor de la sociedad y del país.

Si quiso decir que como grupo los empresarios deben hacerse a un lado de la sucesión presidencial, no lo aclaró en su desestructurada oratoria y aun en ese caso la razón no le asistiría, pues las prerrogativas de cada empresario y de cada persona están en la Constitución.

Quienes han hecho fortuna con su sudor, preocupaciones y sufrimientos para levantar una empresa, igual que los demás, tienen derecho de aspirar a los cargos públicos en lo individual y aun como integrantes de una corporación. Los partidos pueden postular a quien mejor los represente y los electores decidir libremente. Pese a Cervantes, todo indica que esa será una innovación en 2024.

Esa modalidad, se justificaría simplemente porque muchos detentadores de capital lo han hecho con el esfuerzo y el empeño de ser mejores. Su conocimiento, experiencia y visión, aplicados a nivel micro, sería muy conveniente y aprovechable a nivel del país, que tanto lo necesita. Cervantes está empezando… tiene tiempo para rectificar.