FanID será necesaria para ingresar a estadios en México; el INAI, perdido al oponerse
JAVIER TEJADO
Luego de la violencia que se registró en el estadio Corregidora de Querétaro, la Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX están viendo la posibilidad de adoptar la tecnología más avanzada y probada en otros estadios del mundo para que, al identificar a vándalos, éstos ya no puedan reingresar a estadios de fútbol.
Se trata de que, con recursos obtenidos de los partidos de la Selección Nacional, se pueda colocar en cada estadio del país un sistema de cámaras y computadoras para el reconocimiento facial (FanID) que esté vinculado con el resto de los estadios en México, de tal forma que las plataformas, entrelazadas, puedan identificar en cualquier evento deportivo a quienes previamente hayan actuado de manera ilícita en alguno de estos recintos y negarles el acceso.
El uso de estos mecanismos se empezó a implementar en el Mundial de Rusia (2018) como medida para evitar la reventa de boletos; luego se usó, para fines de seguridad, en la Copa Árabe (2021) y también será utilizado, este año, en el Mundial de Qatar. De igual forma, iba a ser implementado en la final de la Champions League en San Petersburgo.
Así, muchos estadios usan esta tecnología para garantizar la seguridad en sus eventos. Frente a ello, vale la pena preguntarse qué es menos malo, ¿otorgar datos personales y biométricos, o exponerse a que a un estadio llegue una horda de vándalos? Me parece que la clave en esto es asegurar, 1) que sólo se capture la información de aquellos que lo han autorizado (si no se da este aval, seguramente no se podrá acceder a los estadios), y 2) que la base de datos que contiene la información de millones de fans esté bien resguardada.
Esta tecnología ya se utiliza en Los Ángeles para evitar contagios de Covid-19 o en el Reino Unido para la Liga de Campeones, pero también ya está siendo usada por líneas aéreas para hacer más expedito el acceso a aviones, en los aeropuertos (tanto para seguridad, como para poder informar a los pasajeros el estatus y sala asignada para su vuelo) y, desde luego, en los sistemas migratorios de muchos países.
Me temo que el INAI, tratándose de oponer a esta medida de futuro, parece tomar una actitud obsoleta. Sí debe haber una preocupación para asegurar que las bases de datos que contienen la información de los fans sean seguras. Por ejemplo, este mismo instituto impugnó aquí el hecho de otorgar datos biométricos a las empresas de telefonía celular y éstas, a su vez, al IFT, el regulador de las telecomunicaciones, justamente porque no había presupuesto para asegurar la confidencialidad y la seguridad de esta base de datos. Pero no habrá vuelta atrás al FanID.
Incluso, me atrevo a señalar que, dado el nivel tan desatado de violencia en nuestro país, parece que la única forma que tendremos para combatir exitosamente las bandas criminales será justamente aplicando protocolos de inteligencia y reconocimiento facial. Sí, vendrá un gran hermano a México, como está aconteciendo ya en muchos países, pero esta es la única forma de evitar que los vándalos ingresen a los estadios y que los criminales sigan circulando impunemente por las calles.
Los mismos argumentos críticos de hoy surgieron hace una década, cuando se empezaron a instalar en algunas ciudades de México lectores de placas y cámaras para seguir vehículos; sin embargo, en la actualidad esta tecnología es una de las principales herramientas de la policía para resolver crímenes.
Ceder parte de nuestra privacidad siempre genera preocupaciones, pero estas medidas son cada vez más necesarias para garantizar la seguridad colectiva. De lo que sí tenemos que cerciorarnos es que no se haga un mal uso de las bases de datos y, sobre todo, que éstas no sean hackeadas, como aconteció con el padrón electoral del INE en 2016. Ojalá que el INAI aporte a la discusión y no sea un obstáculo.