25 de Noviembre de 2024

Alistan megafusión de Nutrioli y Agydsa, pese a inflación

MARIO MALDONADO

En medio de los altos precios de alimentos y el pacto de las empresas con el gobierno federal para contener la inflación, dos grandes compañías del sector de aceites de cocina alistan una fusión, con la que se concentraría en un jugador 38% del negocio en México.

La regiomontana Ragasa Industrias –propietaria de la marca Nutrioli– y el grupo tapatío Aceites, grasas y derivados (Agydsa) –dueña de las marcas Canoil, Crystal, Patrona y Soyaplus– están en negociaciones avanzadas para fusionar sus negocios, con lo que tendrán una participación dominante: la primera posee 18.9% del mercado y la segunda, 19.3%.

El actual líder del negocio de aceite de cocina en el país es 1,2,3, propiedad de la empresa Fábrica de Jabones La Corona, de la familia González, también oriundos de Jalisco. Esta marca tiene actualmente 22.6% del mercado.

Si la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) aprueba la fusión de las dos primeras empresas, el mercado de aceite de cocina prácticamente estará conformado por un duopolio con dos grandes grupos concentrando poco más de 60% del negocio.

El precio del aceite de cocina ha aumentado considerablemente con la crisis económica de 2020 y tras el estallido del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, que son dos grandes exportadores de aceite de girasol.

En México, el precio del aceite de girasol ha subido casi 40% el último año, según datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados de la Secretaría de Economía, mientras que otros tipos de aceite, como el vegetal, de soya y cártamo se han incrementado hasta 50%.

En el país, el mercado de aceites tiene un valor aproximado de mil 672 millones de dólares anuales y ha tenido crecimiento sostenido desde 2016, con un aumento anual promedio de 5%.

La fusión entre Ragasa Industrias, de los hermanos Enrique y Alejandro García Gámez, y Agydsa, de los hermanos Juan José y Eugenio Gómez Sainz, estaría tasada en cerca de mil millones de dólares, es decir, unos 20 mil millones de pesos, principalmente por la tendencia alcista de los precios del aceite de cocina en México y el mundo. Ambas empresas, además de tener una importante participación a nivel nacional, exportan una parte de sus productos.

El contexto de esta operación es más que importante. Primero porque la Comisión Federal de Competencia Económica solo tiene cuatro de los siete integrantes que conforman el pleno y votan en este tipo de concentraciones. El presidente Andrés Manuel López Obrador no ha querido, o no ha tenido tiempo porque no le gustan los organismos autónomos, de mandar sus propuestas al Congreso. Este órgano antimonopolios prácticamente está paralizado, sin poder tomar decisiones por la falta de comisionados.

El otro tema importante es el de los precios y los acuerdos que está haciendo el gobierno con los principales productores y empresas del país para intentar contener la inflación. Se habla de por lo menos 24 productos de la canasta básica que han estado presionando el Índice de Precios al Consumidor hasta llevarlo a su nivel más alto en 21 años, los cuales se estarían negociando en este pacto.

Así, ante la falta de un organismo antimonopolios capaz de revisar la concentración de un negocio tan relevante para la alimentación de los mexicanos, habrá que ver qué hace la Secretaría de Economía, a cargo de Tatiana Clouthier, y la Secretaría de Hacienda, de Rogelio Ramírez de la O, ambas implicadas en los acuerdos o pactos con las empresas para frenar los aumentos de precios.