23 de Noviembre de 2024

Por. Guillermo Lerdo de Tejada

Sé que son tiempos de festejos, donde queremos desconectarnos del ruido político y descansar o convivir con la familia. Pero antes de terminar el año, quiero hacer un balance de lo que ocurrió este 2022 en México; porque, más allá del lugar común, en varios sentidos marca un antes y un después para las siguientes décadas.

Este 2022 se legalizó la militarización de la seguridad pública, que pasa de ser una medida de excepción a la norma permanente; abre la puerta a potenciales abusos; profundizará una estrategia que no ha funcionado y, en los hechos, cancelará indefinidamente la capacidad para lograr la única salida de largo plazo: crear policías civiles fuertes y confiables.

Este 2022 se hizo una reforma energética que hará la electricidad más cara y contaminante en el largo plazo; entorpecerá las inversiones, y por tanto la creación de empleos; que implicará que el gobierno derroche millones en subsidiar empresas estatales ineficientes, en lugar de dedicar más recursos a servicios públicos como la salud o la educación.

Con todo, este 2022 también fue el año cuando cientos de miles de ciudadanos salimos a las calles de todo el país para defender nuestra democracia; el año cuando mucha gente se dio cuenta que, contrario a la propaganda oficialista, somos más los inconformes y los libres, y aunque hemos estado desarticulados, si nos organizamos somos imparables.

Este 2022 fue el año de la irrupción ciudadana, cuando por primera vez en mucho tiempo la movilización cívica le arrebató la iniciativa y el liderazgo al gobierno. El 2022 puede entonces ser un punto de inflexión para construir una alternativa que rebase lo mismo al clientelismo estatal que a las burocracias partidistas, pero esto no ocurrirá en automático.

En 2023 debemos continuar y profundizar la acción ciudadana, de lo cual hablaremos en enero.

Mientras tanto, aprovecho esta última columna del año para agradecer a quienes me han acompañado en estas páginas durante 2022. Les deseo una feliz navidad, un nuevo año lleno de salud, prosperidad, y que, en estas fiestas, empecemos a sanar la nociva polarización del país desde nuestro entorno inmediato: con nuestras familias, amigos, colegas, vecinos.