Hasta el último momento se mantuvo la incertidumbre sobre la elección en la SCJN. Se eligió a una mujer, Norma Lucía Piña, una jurista que se ha distinguido por la calidad de sus resoluciones y su autonomía frente a los poderes, tanto Ejecutivo como Legislativo, como lo prueban sus votos. El triunfo de la autonomía en la SCJN permitirá que el país tenga garantías de respeto a la Constitución, una condición necesaria de nuestra democracia.
La agenda de la SCJN en este año que inicia será fundamental para saber si nuestro sistema democrático podrá contar con una estructura que garantice elecciones libres y confiables; para despejar las dudas sobre la militarización y las diversas controversias que esperan resolución y muchos otros temas que la Corte tendrá que resolver.
No todo dependerá de su nueva presidenta, pero si será un factor clave en estos momentos de incertidumbre. Y como la propia ministra lo dijo al tomar protesta de su cargo, “la incertidumbre es un presupuesto de la libertad”.