Así como encontramos algunos personajes que se autodenominan influencers o blogueros, por realizar contenido para las redes sociales, pero que más que contenido, se dedican a vender su vida privada, a crear controversias o a compartir habitos que muchas veces son muy poco favorables para que esten a la exposición global, pues rayan en lo grotesco y vulgar, existen también blogueros que nos enseñan y nos exponen realidades que para muchos solo eran imaginadas, que se transmitían a traves del dominio popular oral pero que quedaban, solo como algo que no se podía comprobar del todo. Me he topado en youtube con blogueros cubanos, que están exponiendo al mundo la realidad del comunismo vivido en la isla.
Tal es el caso de Yoliene o Anita, por citar solo dos. Cubanas que tienen menos de 25 años, pero que han abierto su canal de youtube y con ello, abrieron de par en la ventana de su pueblo, que por muchas décadas, ha impuesto un velo de misticismo, de leyenda, donde dentro de la dinámica comunista, la imposición y la restricción reina y por lo que la información siempre se conocía a cuenta gotas. Ahora, gracias a la herramienta tecnológica del internet, se tiene la posibilidad de dar a conocer una realidad, cruda, directa, inimaginable, de una sociedad que está harta, y que pasa peripecias para conseguir comida, que vive que sueldos de entre 25 y 50 doláres al mes, en un nivel profesional, y que apenas y alcanza para comprar una despensa semanal, lo que nos hace verse oblidados a buscar otras opciones para generar, y además también arreglárselas para econtrar los productos en una isla llena de bloqueos comerciales “convenientes”, si, convenientes, pues es un hecho que de todo se logra encontrar pero a precios elevadísimos.
Los blogueros cubanos nos han dejado conocer desde lo que es una tienda MLC (moneda cubana) hasta una travesía en balsa, intentando llegar a las costas de Cayo Hueso en la Florida o la travesía de salir de cuba a los Estados Unidos utilizando la posibilidad de la visa Nicaraguense, que los motiva a pagar a un “pollero” o traficante de personas, para que les ayude a cruzar Nicaragua, Guatemala y México en busca de el asilo norteamericano. Poder verlos nos ayuda a nosotros a entender su dinámica, tanto social, cultural y económica y los ayuda a ellos a encontrar una entrada de dinero a través de la monetización de sus redes en cuentas en el extranjero (pues monstruos como Youtube, no accede a bancas cubanas), y a encontrar ayuda de seguidores que les envían todo tipo de producto vía mensajeria para aminorarles la travesía que es vivir en ese país. Me parece que el fenómeno de estos expositores debería ser más reconocido pues cumple en muchas dimensiones, desde el aspecto didactico, humano y social. Dese la oportunidad de conocerlos.