Esta semana, todo el mes y por qué no, todo el año, debería estar en la mesa de debate y reflexión la lucha y conmemoración del género femenino. El pasado miércoles en casi todas las entidades de México y el mundo, se llevaron a cabo marchas con distintos tintes. Las mujeres ucranianas celebraron el Día de la Mujer bajo la amenaza del uso de las violaciones como arma de guerra en los territorios ocupados. Las mujeres afganas sufren este 8 de marzo los efectos de cómo los talibanes "han borrado" dos décadas de progreso y se les niegan libertades fundamentales y derechos como los de la educación, el trabajo y el disfrute de su salud física y mental, así como la libertad de circulación, según denunciaron expertos de la ONU en derechos humanos. En Bucarest que muchos países de la UE tardarán cien años en lograr que las mujeres estén adecuadamente representadas en los Parlamentos, a no ser que den más pasos y más rápido. En Madrid, la manifestación apoyada por el Ministerio de Igualdad reivindica las normas diseñadas por este departamento, pero una marcha alternativa reúne a quienes rechazan la libertad de autodeterminación de género concedida a las personas trans y reclaman la abolición de la prostitución. Estados Unidos conmemora el primer Día de la Mujer desde que el Tribunal Supremo derogó el derecho federal al aborto, cuya recuperación es la principal reivindicación de las movilizaciones convocadas por organizaciones feministas como "Rise Up 4 Abortion", que llama a los estadounidenses a "levantar el pañuelo verde" en defensa de este derecho en las marchas de Nueva York, Los Ángeles, Austin y Seattle, entre otras. En Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva presentó hoy un conjunto de "más de 20 acciones" para acabar con la desigualdad salarial, combatir la violencia machista y garantizar la salud menstrual, mientras su Gobierno advertía de la necesidad de luchar contra los feminicidios en un país donde cada día tres mujeres son asesinadas "por el hecho de ser mujeres". Y en Caracas, unas 300 mujeres protestaron este miércoles para exigir el cumplimiento de sus derechos laborales en materia salarial y de cuidado durante el embarazo y la lactancia, así como mejoras en las normativas que regulan la lucha contra la violencia de género o la salud sexual y reproductiva.
En nuestro país la lucha y la exigencia esta destinada a la búsqueda de la justicia. Hablar de 11 feminicidios diarios, es decir, que una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer, casi cada 2 horas y medias, es una cifra alarmante. Todos desde nuestras trincheras deberíasmos estar interesados en el tema. Y aquí me detengo a afirmar que no podemos dejar a los hombres fuera. Recharzarlos es seguir manteniendolos ignorantes e insensibles. Hay que involucrarlos, para educarlos, para que logren empatizar y no se queden en una posición superficial sobre lo que se exige. Hay que entender e informar a aquel, que cree que el día es para regalarnos flores o agradecernos por “alegrarles” la vida, como lo hizo el cantante puertoriqueño Chayanne a traves de su cuenta de twitter. Vaya, no hay de otra hasta enseñar la diferencia entre festejar que conmemorar. Ni modo. Y no solo a los hombres, por desgracia hay mujeres que en su ensombrencimiento, incluso, se quieren distanciar del feminismo, cosa que es aberrante, pero real. Me ha tocado escuchar a más de una, declararse “no feminista”, y con gran tristeza, no toca más que seguir acercandola a la infomación, para que no siga con sus ojos vendados gracias a la maquinaria patriarcal, que hace de todo por seguir difundiendo odio y miedo, montados en un machismo que al final de cuentas a quien también daña es a ellos.
Actualmente, se habla mucho de feminismo y feministas pero, exactamente, ¿qué es ser feminista? Ser feminista es ser una persona que busca desligar la discriminación con el género, desprendiéndose de los tabús sexuales que oprimen y reorganizar nuestra sociedad, en el sentido de derribar los límites del desarrollo personal a causa del sexo.
A día de hoy, el feminismo no concibe géneros, tanto un hombre como una mujer pueden ser feministas. Por tanto, ser feminista es ser una persona que cree en la igualdad de género y la asume en su vida, ejecutándola a partir de la praxis personal y profesional. En resumen, una persona feminista busca convivir en igualdad de derechos, oportunidades y condiciones. El feminismo ha pasado por cuatro olas a traves de la historia (desde la revolución francesa a nuestros días) y se han logrado clasificar hasta 21 tipos de feminismo: Filosófico, anarquista, liberal, radical, abolicionista, postcolonial, marxista, negro, transfeminismo, de igualdad, científico, de la diferencia, separatista, ecofeminismo, interseccional, lésbico, cultrual, ciberfeminismo, provida, disidente y hata un feminimo masculino en el cual, los hombres se comprometen con la igualdad de género (este último ha sido muy cuestionado).
La lucha está y la transición de la cual somos protagonistas no la podemos pasar por alto. Es increíble que el huésped de palacio nacional mande a instalar una reja y una valla humana de mujeres policias para resguardar el resinto con el argumento de que en la marcha “hay conservadores de derecha infiltrados violentos que quieren destruir el palacio”, mientras no puede quitarse de encima el imagen misógina que se ha construído a lo largo del sexenio, minimizando la violencia machista, declarandose a favor del humanismo que del feminismo, o la reducción de presupuestos para refugios para mujeres o las 30 mil desaparecidas que hay desde su toma de poder. Incluso en los resientes hechos, donde secuestraron y asesinaros a ciudadanos en el estado de Tamaulipas, nuestro mandatario no se ha preocupado por la mujer que tambien, dentro de estos hechos, resultó asesinada. No, nadia habla de ella, la siguen colocando en un segundo plano, al parecer los unicos importantes son los extranjeros.
Tenemos 2023 años viviendo en un sistema patriarcal al que le cuesta compartir y no quiere entender. Buscamos equidad, igualdad de derechos y oportunidades, justicia, libertad, vivir sin miedo. Creo no es dificil de tener claro. No dejemos de hablarlo y menos de exigirlo.