23 de Noviembre de 2024

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Durante una semana, sin que muchos medios dieran cuenta de ello, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller hizo una gira en la que se dedicó a visitar y recorrer varios países del Caribe, a los que llegaba con un mariachi mexicano, alebrijes, sarapes y regalos, y en donde fue recibida por presidentes, ministros y funcionarios de esas paradisíacas islas y países. Desde el lunes 17 de abril y hasta el pasado sábado, la esposa del presidente visitó cuatro países viajando en un avión privado, en lo que ella misma denominó el “Proyecto de Recuperación de Archivos Históricos en América Latina y El Caribe”, en un recurrido auspiciado y pagado por el gobierno de México y la Agencia Mexicana de Cooperación para el desarrollo de la SRE.

Ante la poca difusión que tuvo en medios, fue la misma Beatriz Gutiérrez, quien ya sin un cargo público (el pasado 21 de enero desapareció la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural, el cargo que le creó el presidente al inicio del sexenio con un decreto y que terminó con otro decreto presidencial y sin dar explicación clara de esa decisión) se encargó de difundir a través de sus redes sociales, Facebook, Instagram y Twitter, sus visitas, recorridos y las recepciones que tuvo en Belice, San Vicente y Granadinas, además de Santo Domingo, donde primeros ministros, presidentes y funcionarios de cultura la recibieron y encabezaron con ella actos públicos para recibir archivos digitalizados y regalos folclóricos de la no primera dama mexicana.

En los videos y reseñas que la doctora en historia compartió, se le ve muy relajada, ataviada con vestidos coloridos y con motivos y textiles mexicanos y bajando de un avión privado bimotor en el que viajó con toda una comitiva que incluía, además de sus colaboradores y acompañantes, funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores y del Archivo General de la Nación, a un mariachi de al menos 13 integrantes, que amenizaba las reuniones con música mexicana lo mismo sones, huapangos que canciones rancheras que la misma Beatriz cantaba a todo pulmón al finalizar sus encuentros.

A cada lugar, Gutiérrez Müller llevaba regalos muy mexicanos, como la guayabera chiapaneca que le regaló al primer ministro de Belice, los alebrijes oaxaqueños que le entregó a la esposa del presidente de Jamaica, los detalles de joyería de artesanos y diseñadores mexicanos para la esposa del presidente de Santo Domingo. Ella misma portaba en su indumentaria rebozos de seda, acorde a los vestidos con textiles indígenas y diseños coloridos. Al final de cada evento, donde se daban discursos, se intercambiaban regalos y se firmaban convenios de recepción de los documentos históricos, siempre entraba el mariachi entonando canciones con lo que la doctora y su comitiva, al igual que los anfitriones terminaban cantando y bailando al ritmo de la música mexicana.

En los varios discursos que pronunció en su recorrido, en inglés y en español, lo mismo ante el primer ministro de Belice, Jonhy Briceño, que, ante el presidente de Santo Domingo, Luis Abinader, o el primer ministro de San Vicente y Granadinas, Ralph Gonsalvez, la doctora hablaba de la importancia de la preservación de los documentos históricos a través de la digitalización y de la importancia, que según decía, le da a la cooperación internacional su esposo el presidente López Obrador. En la firma de los convenios oficiales, no sólo firmaban a nombre del gobierno de México los funcionarios de la cancillería y del AGN, sino también la propia Beatriz Gutiérrez para formalizar la entrega de copias de archivos digitales de libros, mapas, pinturas, periódicos y otros documentos históricos que entregaba a los mandatarios y funcionarios de los países visitados.

Lo que más llama la atención es el contexto en el que se realizó la gira de Beatriz Gutiérrez acompañando a los funcionarios de la SRE y del Archivo General, porque fue justo una semana bastante complicada e intensa para el presidente López Obrador, en donde el mandatario recibía varios reveses de la Suprema Corte por la militarización de la Guardia Nacional y aparecía enojado en público diciendo que le ordenaba a sus secretarios “ni siquiera tomarles la llamada a los ministros”, o se confrontaba con Estados Unidos hablando en un evento histórico en Veracruz incluso de una posible invasión militar y confrontación con el vecino país por la decisión de la administración Biden de combatir y perseguir a los narcos mexicanos del Cártel de Sinaloa.