23 de Noviembre de 2024

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A inicios de diciembre de 2022, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, y el diputado del mismo partido, Santiago Creel, se reunieron con un grupo de empresarios de primer nivel. El objetivo del encuentro era levantar un capital de 3 millones de dólares para pagar los servicios de una empresa llamada Standard Global. El nombre puede resultar poco conocido, pero no es así cuando uno se entera que en realidad solo es la máscara y fachada de Cambridge Analytica, la compañía británica de ciencia de datos, enfocada en hacer campañas políticas y manipular a los votantes a través del robo de datos y segmentación de propaganda en redes sociales.

Cambridge Analytica es una empresa con más de 139 elecciones de primer nivel ganadas en el mundo. La que le dio fama internacional, pero también marcó su desaparición y los mayores escándalos, fue la de Donald Trump, en Estados Unidos, hace casi ocho años, cuando impulsaron las marcas “Make America Great Again”, “Drain the swamp” y “Crooked Hillary”.

Su aparición en México no es nueva. En 2017, durante una comida en el restaurante Blanco Bistró, el CEO, el inglés Alexander Nix, reveló que el gobierno de Enrique Peña Nieto le había pagado por el diagnóstico de la elección presidencial de 2018. El estudio arrojó que el PRI no tenía posibilidad alguna de ganar ante Andrés Manuel López Obrador y Nix sugirió que lo mejor era pactar. La historia lo confirma.

Años más tarde, en mayo de 2022, los panistas se sintieron emocionados de contratar los servicios cuando en una reunión en España, el cubano Gil Carrasquero, miembro de la compañía, le aseguró a Santiago Creel que, según los análisis, tenía posibilidades de ganar la presidencia en 2024, siempre y cuando comenzara a pagar desde ese momento.

A partir de entonces, los panistas se dedicaron a buscar el dinero y esa noche de diciembre lo consiguieron de manos de los empresarios. Salieron contentos, pero nunca lo pagaron a la nueva Cambridge Analytica y vino un pleito. Tanto el cubano Carrasquero, como el inglés, Nix, reclamaron y despotricaron. No sólo se les fueron de las manos los tres millones de dólares, sino un pago mensual de 300 mil dólares para los sueldos de los científicos y el personal en México, más otro millón de dólares para la instalación del centro de operación en el país.

¿Los tres millones de dólares regresaron a manos de los empresarios o se quedaron en las cajas fuertes de los panistas? Es una pregunta abierta. Lo cierto es que la nueva Cambridge Analytica ya tiene listo y engargolado todo el estudio sobre México, la constante y la medición de impacto rumbo a la elección de 2024. Solo esperan vendérsela al mejor postor que decida implementar lo que los panistas dejaron ir.