23 de Noviembre de 2024

18a

 

 

Marcelo Ebrard es la “corcholata” morenista que más incógnitas genera sobre su futuro: si se quedará en el partido, aunque la encuesta interna no le favorezca, o si renunciará para competir con otros colores, como los de Movimiento Ciudadano.

Diversas fuentes aseguran que en días recientes el excanciller habría solicitado directamente a Dante Delgado soportar todas las presiones y no sumarse al Frente Amplio por México, ya que sigue abierta la posibilidad de virar y competir abanderado por MC, lo cual se definirá hasta septiembre, apenas unos días u horas antes de la encuesta final.

Si bien el líder de Movimiento Ciudadano fue contundente la semana pasada al asegurar que ya no hay cabida para ese perfil en su partido, el escenario se ha modificado en muy pocos días y entre encuestas que colocan en una posición muy competitiva a Ebrard, violaciones flagrantes de las otras “corcholatas” al proceso interno de selección y una caballada demasiado flaca en el partido naranja, la idea de abanderar a un tránsfugo del morenismo se convierte otra vez en una alternativa muy válida.

Las mediciones periódicas que el Centro Nacional de Inteligencia y Morena envían a Palacio Nacional son constantes: Sheinbaum sigue encabezando las tendencias de la contienda interna, pero está topada en crecimiento y en los careos adicionales que se hacen con Xóchitl Gálvez no se le ven oportunidades para ganar más votantes de los que integran la estructura de Morena y de los que se ven beneficiados con los programas sociales. Adán Augusto López sigue creciendo y es el único que puede mantener esa tendencia.

Sin embargo, Ebrard es el aspirante que, además de concentrar en la contienda buen parte del voto duro de Morena, podría sumar otra gran cantidad de votos de la clase media y de la oposición moderada. Sus simpatizantes se cruzan con los de Xóchitl Gálvez y, en esa pugna por mejorar la posición a través de las campañas, el porcentaje que trae el partido oficial en la bolsa se convierte en una sólida ventaja.

El mismo fenómeno de traslado de votos se podría dar en una eventual candidatura de Ebrard con otra fuerza política, pues el universo de votantes del extitular de la Secretaría de Relaciones Exteriores también se cruza en algún punto con el de la ex jefa de Gobierno de la CDMX, en específico en ese grupo de militantes o simpatizantes morenistas que consideran que este partido camina en una postura en extremo radical.

Los cruces deben resultar atractivos para Dante Delgado, sobre todo cuando soltó hace unos días los nombres de sus posibles candidatos y ni siquiera los aludidos mostraron interés. Tampoco fue bien recibida en la opinión pública la idea de que el propio dirigente de MC se considere presidenciable, pues es una fórmula que él mismo ha criticado, dada la experiencia que tuvo el excandidato presidencial Ricardo Anaya, quien usó como trampolín la presidencia del PAN.

A todo esto hay que sumar que Marcelo Ebrard tiene cada vez más argumentos para reclamar violaciones en la contienda interna de las “corcholatas”; esto sería suficiente para reclamar la falta de un piso parejo y sustentar finalmente un rompimiento.

Andrés Manuel López Obrador aceleró el proceso de sucesión y la renuncia de sus “corcholatas” para quitarle legitimidad a una eventual salida de Ebrard de Morena, pero en un escenario de catástrofe y de crecimiento inédito de la oposición, el excanciller se vuelve la manzana codiciada.

Xóchitl Gálvez lo reconoce: a la “corcholata” que más teme en su eventual candidatura a la Presidencia es al exjefe de Gobierno y excanciller, Marcelo Ebrard.