23 de Noviembre de 2024

 

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La Fiscalía General de Justicia del Edomex, a cargo de José Luis Cervantes, confirmó lo que se especulaba desde el inicio de la semana: que el empresario Íñigo Arenas Saiz murió en el restaurante-bar Black Royce por “asfixia mecánica por sofocación inducida en su modalidad de oclusión de vías respiratorias por contenido gástrico con presencia de alcohol y de sustancias químicas”; o sea, fue víctima de las llamadas “goteras” que se rumoraba operaban en el lugar y de la negligencia de los propietarios del lugar y las autoridades.

El caso saca nuevamente a la luz una metodología de crimen organizado —porque participan tres o más personas para cometer delitos de forma permanente o reiterada—, que se ha vuelto común en diversos bares y restaurantes de la Ciudad de México y la zona metropolitana, ante una evidente incapacidad y/o complicidad de las autoridades para proteger a la ciudadanía.

Una vez más el delito se comete en el llamado corredor azul; precisamente la ruta que recorrió el empresario Íñigo, según las investigaciones de las autoridades: desde la alcaldía Miguel Hidalgo que gobierna el panista Mauricio Tabe —quien parece que es amigo del dueño del antro República, porque muy pronto salió a deslindarlo y a deslindarse— hasta el municipio de Naucalpan, de la también panista Angélica Moya.

La autoridad determinó que, al ingresar la víctima al inmueble de Naucalpan, lo situaron en un área de la planta baja, en donde estuvo acompañada por cuatro mujeres identificadas como Aritzi Abril “N”, Ana Karen “N”, Cecilia “N” y Ana Karen “N”, quienes ordenaron diversas bebidas y aparentemente le suministraron las sustancias que condujeron al deceso.

Por la muerte del empresario que fungía como director de operaciones de Feher Consulting, la fiscalía mexiquense abrió la carpeta de investigación TLA/TLA/AV/104/218229/23/08, de la cual se han derivado pesquisas que, hasta el momento, han generado la detención de seis personas que laboraban en el lugar.

El Black Royce forma parte del Grupo Gastronómico Norte, una extraña corporación restaurantera que opera al menos otros cinco establecimientos dirigidos al público masculino, distribuidos en la Zona Metropolitana del Valle de México: “La Mansión Gustavo Baz”, “La Femme”, "Romeo & Julieta" y “Victory Dinner & Show”.

“El Black”, como le dicen quienes han acudido a sus instalaciones, opera exactamente en el mismo sitio desde la administración de Víctor Hugo Gálvez Astorga. Es una marca registrada por una supuesta empresaria mexiquense de nombre María Esther Galicia Núñez, según consta en los registros del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

En cuanto al antro República, el otro establecimiento al que asistió el finado en la alcaldía Miguel Hidalgo, pertenece a una cadena de cantinas del llamado Grupo Classico, cuya marca es propiedad de José Díaz González, el encargado de dar a conocer los videos en los que se confirma que el empresario salió de esa ubicación todavía con vida, como una suerte de desentendimiento del problema.

El República ya había sido sujeto de señalamientos por la operación de una supuesta red de taxistas que se dedican a secuestrar a los clientes, coludidos con el valet parking, los cuales llevarían varios años cometiendo también otros ilícitos como el robo y la venta de estupefacientes. Por tanto, a las fiscalías del Edomex y de la CDMX aún les falta determinar a más corresponsables.