22 de Noviembre de 2024

11a

 

Redaccion 

El Presidente Biden no mencionó a México ni una sola vez en su mensaje a la nación. El expresidente Trump sólo lo llama con connotaciones negativas. Está claro que le han quitado el nivel de socio que una vez tuvo.

El discurso de Joe Biden habla de los aliados europeos y la OTAN, más se ha olvidado por completo de la integración norteamericana y de los mexicanos. Es paradójico, pues México superó a China como primer exportador a EU. Los chinos sí son respetados y fueron resaltados 8 veces en el “State of the Union” (versión escrita). “Queremos competencia con China, pero no conflicto” afirmó el hombre más poderoso del mundo.

Frontera es sinónimo de margen y orilla. Existe ese riesgo, que México permanezca marginado. Es muy grave que se señale primero a la frontera (sur) y su seguridad, que al mismo nombre del vecino. Pareciera que del otro lado de la línea sólo vienen problemas. Inseguridad, fentanilo, desorden fronterizo, policías, migrantes, eso es lo que sí citó Biden. Por lo menos en este discurso, estos temas son más relevantes que el propio México.

Quizá los últimos líderes en promovernos como socios fueron Bill Clinton, del lado demócrata y la familia Bush, del lado republicano. Obama entendió y conoció muy tarde a México, ya al final de su mandato y después de haber sido llamado el “deportador en jefe”, de migrantes mexicanos. Trump ha hablado más de los mexicanos que Biden y se prevé que lo haga todo 2024, pero de forma negativa.

El distanciamiento con EU y la tragedia de perder la condición de socio es también responsabilidad mexicana. Hay pocas iniciativas para promover la integración norteamericana, pocos recursos para posicionar en los medios de EU y Canadá que en Norteamérica somos 3. El T-MEC adolece, como decía Jesús Seade, del mote de integración regional, que sí tenía el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. El problema es que nosotros ponemos poco capitales para recordar que seguimos siendo norteamericanos.

En EU hemos dejado plantados a aliados tradicionales y a los potenciales. Los pequeños empresarios y las cámaras de comercio quieren multiplicar sus negocios en México, pero requieren guía y acompañamiento. Lo mismo pasa con asociaciones latinas y ONGs, quieren que compartamos responsabilidad y gastos en sus causas sociales, no que sólo pidamos que ellos paguen asistencia para mexicanos.

Hay oportunidades de que sindicatos estadounidenses promuevan regularizar a indocumentados, pero si ellos se adhieren y pagan cuotas sindicales. Otra posibilidad es unir fuerzas políticas con la comunidad afroamericana, que no hemos sabido entender. Los paisanos trabajan y se integran bien con los blancos anglosajones más les cuesta hacerlo con otras comunidades.

37 millones de mexicanos sufren este alejamiento en la Unión Americana. Una manera de “re-acercarnos” sería tomar responsabilidad propia. ¿Cómo podemos pedir que se proteja a los mexicanos indocumentados en EU, cuando México no asigna un presupuesto significativo con abogados, médicos y asistencia humanitaria para protegerlos? Son más que generadores de remesas, son personas y el eje de la integración.

Dice el Presidente Biden en su mensaje a la nación que “la historia está viendo”. En efecto, lo miramos, México no merece ni una mención en 2024. La historia lo está registrando.