“El corazón de la Ciudad de México ya es una extensión de Zacatecas”, así se suelen expresar los morenistas para definir el plan que Ricardo Monreal y su familia tienen respecto a la alcaldía Cuauhtémoc, la sede de los Poderes de la Unión. Sin embargo, el actual senador y futuro diputado de Morena, deberá enfrentar, primero, a los bejaranistas que ya le han disputado la plaza, y luego a la oposición, con una candidata mujer, Alessandra Rojo de la Vega, quien compite contra Caty Monreal, la apuesta de Morena por regresar esa demarcación a los Monreal, luego de que Sandra Cuevas, a quien impulsó el poderoso exalcalde, lo desconoció.
La Cuauhtémoc tiene un padrón electoral de casi 496 mil personas, el sexto más grande de la CDMX, debajo de Tlalpan, Coyoacán, Álvaro Obregón, Gustavo A. Madero e Iztapalapa, por lo que es muy relevante para la elección de la capital, además de que territorial y económicamente es una de las más interesantes para operar.
En 2015, Ricardo Monreal aterrizó en la Cuauhtémoc como jefe delegacional y desde entonces no se ha ido. Ni en la alternancia de 2021 se alejó por completo la sombra del zacatecano. Monreal fue el principal promotor de la alcaldesa Sandra Cuevas, quien compitió por la alianza PRI, PAN y PRD para mantener a raya en ese territorio a la pareja de Dolores Padierna y René Bejarano. En este 2024 lo quiere volver a hacer, colocando como candidata a su hija Caty Monreal, a pesar de los reclamos de algunos colaboradores.
El derecho que ganó Monreal para colocar a su familiar se atribuye a una negociación en la que aceptó reprimir sus ambiciosas aspiraciones políticas para apoyar a la candidata a presidenta; aunque también se tiene claro que el senador ofreció desfondar a la actual alcaldesa para recuperar la demarcación y asegurar sus votos, mediante la recuperación de alianzas con los operadores que dicen controlar realmente la Cuauhtémoc y que en su momento impulsaron también a Cuevas.
En la sede de la alcaldía aseguran que estas estructuras llevan operando más de dos décadas en el territorio, por lo que van más allá del control de Monreal. El líder máximo responde al nombre de Salvador Santiago Salazar y todos lo conocen como “Chava Chava”; es, al parecer, el verdadero poder político y económico dentro de la demarcación, encargado de “administrar” los permisos de operación y las cuotas que deben cubrir los restaurantes, bares, sitios comerciales, mercados y hasta los vendedores ambulantes.
Llegó a la Cuauhtémoc en 2003, como empleado de confianza de la subdirección de Participación Ciudadana, y desde ahí se relacionó con los líderes vecinales de las 33 colonias que conformaban la delegación. En 2013 fue nombrado director de Gobierno con el perredista Alejandro Fernández Ramírez como delegado ―todavía con una delegación bajo el control de René Bejarano y su esposa― y desde el 2015 se entregó a los brazos de Monreal, quien lo mantuvo en sus funciones hasta la administración de Sandra Cuevas.
De hecho, el famoso “Chava Chava” fue la principal víctima de la rebeldía de Cuevas con los Monreal, al ser destituido en 2022 de la dirección General de Gobierno por presuntamente agredir a un grupo de adultos mayores y a menores de edad en una protesta de vecinos. En los hechos, Cuevas perdió más, pues él siguió operando desde fuera las estructuras de la alcaldía y la administración de los permisos para el comercio, mientras que ella tuvo que aceptar una apuesta casi imposible para llegar al Senado a través de Movimiento Ciudadano.
Esa es la razón por la que funcionarios de la Cuauhtémoc no tienen idea de las actividades que su exjefa realiza en su campaña por la ciudad, pero sí tienen instrucciones de acudir y participar activamente en los eventos proselitistas que tendrá a gobernar la demarcación, Caty Monreal.
Quizá no sea suficiente ese apoyo para la familia zacatecana si se considera que Padierna y Bejarano también tienen contactos y cabildean con los líderes vecinales y de los comerciantes para que se sacudan finalmente el control de “Chava Chava”.